14 sept 2015

Pasaje del terror

(Esta entrada la escribí el 11 de septiembre)

¡Hola!

    Esta mañana estuve en el pasaje del terror o, como lo llaman aquí, el médico para extranjeros.

    Por mi tipo de visado, necesito demostrarle a China que estoy muy sana. Ya me hice todas las pruebas pertinentes en España antes de venir pero como se ve que no se fían, tuve que repetirlas todas hoy.

    Mariasole ya me advirtió que el hospital era un poco dantesco; pero ha sido aún peor.

    El día ya prometía desde el principio. Fui esta mañana temprano al edificio de relaciones internacionales porque había quedado allí con Emma. Llovía muchísimo y, cuando salí de la oficina, no me di cuenta de que una señora estaba fregando el pasillo y me pegué un súper guarrazo de esos que marcan historia. Volé gracias al poder de mis bailarinas cuando entran en contacto con el agua. Caí sobre mi rodilla derecha - tengo como prueba un súper cardenal color azul-morado - y no sé cómo cayó mi pierna izquierda pero me hice bastante daño en la cadera. Pero bueno, sólo fue el prólogo de lo que me esperaba esa mañana. Y aprendí dos cosas: que aquí en Rizhao no ponen los típicos triangulitos de "suelo mojado" y que, antes de secar el suelo de la lluvia, hacen una piscina.

    Fuimos hasta el hospital en coche porque está como en la otra punta de Rizhao. Emma pagó por mis pruebas 350RMB - unos 50€ - y, aviso a los más sensiblones, puede que no os agrade lo que vais a leer más adelante, así que yo os aconsejaría que os saltarais esta parte del texto hasta llegar a "Ayer fui de excursión al supermercado".

    Sigo para los más valientes. Pasé a la primera sala donde una señora - supongo que era enfermera - me esperaba para sacarme sangre. La señora me pidió que alargara el brazo y sacó una especie de goma - que se ve que usaba con todos los pacientes - y me la ató bastante fuerte alrededor del antebrazo. De pronto, me pegó en la parte interna del codo pero con toda la mano abierta. No es que juntara sus dedos índice y su corazón y me diera un golpecito, no. Me dio una señora torta con su mano y se puso con su dedo a buscarme la vena. Luego, abrió un paquetito del que sacó la aguja y la enganchó a un tubito. Nada de jeringuillas. Me clavó esa aguja unida a un tubito de plástico y movió el tubo para que saliera la sangre. Esto último no lo vi, pero lo intuí porque sentía la aguja moviéndose. Me dolió muchísimo y cuando se lo dije a Emma me llamó exagerada (fue un momento de incomprensión doloroso en mi vida). Por fin la señora sacó la aguja de mi brazo cual puñal y con un bastoncito de la oreja cogió un poco de sangre y lo puso en una especie de cristalito en el que más tarde supongo yo que analizarían mi sangre. Cogió el tubo - que contenía mi sangre - y lo depositó en una caja encima de la mesa con tubos y sangre de más personas. Muy higiénico. Y, atención, a mí me dio otro bastoncito y me lo puso en el brazo para "taponar" mi heridita. Algodón a la europea, para qué te quiero. Antes de salir de ahí, me dieron ganas de decirle "señora, que usted va a ver si tengo sida y me parece que al final el sida lo pillo yo aquí hoy".

    Nada más salir de la sala, Emma me dio un tubito y me dijo "tienes que hacer pis". Y yo, "¿pero ahora?". "Sí, ven". Y me llevó a la puerta del hospital y me señaló un baño público que estaba fuera. Con mi brazo encogidillo - porque si no lo tengo un rato doblado después de sacarme sangre me sale un súper moratón - me puse el chubasquero de mala manera y salí hacia fuera. Tal y como me avisó Mariasole, el baño estaba sucísimo. Y tal como también me avisó, es imposible mear en ese tubo sin mancharse. Imaginaros, era como una especie de probeta muy fina. Para un hombre sería bastante difícil hacer pis ahí, pero para una mujer es imposible. No voy a entrar en detalles, pero lógicamente manché todo lo que se podía manchar. Y, para colmo, el tubito lo dan sin tapón. O sea, que me vi con un brazo encogido, con la otra mano cogiendo el tubo y me pregunté "¿ahora cómo me subo el pantalón?". Sí, así de lamentable como os estáis imaginando fue la situación jajaja. Tuve que coger el tubo con la mano del brazo encogido y con la mano que me quedó libre subirme todo y abrocharme el pantalón. Lo mejor - ironía - es que como fuera estaba lloviendo, tuve que llevar el tubito tapado con mi chubasquero para que no le cayera agua de camino al hospital. Y, claro, tenía que andar con cuidado no fuera que el chubasquero también se manchara. Llegué al hospital mojada, manchada y estresada, y Emma me pidió que depositara el tubo en un mueble con tubos de más gente.
 
Aquí podéis ver el invento

    Dejé mi prueba ahí, junto a la del resto de personas, y tuve que pasar a otra sala.

    Esta vez era la oculista. Le preguntó a Emma si yo llevaba gafas y como Emma le dijo que no, la oculista dijo que no hacía falta que me hiciera la prueba y me dijo que me fuera. Ante todo, eficiencia.

    Me quedé un poco así, pero tampoco tuve tiempo de pensar mucho porque entré en otra sala. Esta vez, otra médica tenía que hacerme una ecografía. Supongo que, al hacérmelo en los laterales de la cintura, quería verme los riñones. Mira que la doctora medía metro y medio y era súper canija, pero un poco más y me parte una costilla. Qué tía más basta y qué fuerza tenía. Desde luego que lo que fuera que me quería ver, me lo vio bien.

    Después pasé a otra sala donde me midieron la tensión. Me hizo gracia porque Emma me dijo "uy, la tienes un poco alta", que era para decirle "¿no la voy a tener alta, copón, con el estrés que me tenéis aquí?". Porque todas estas pruebas que os estoy contando era terminar de un sitio y meterme en otro.

    Luego me hicieron pasar a la sala de rayos X. Le dije a la técnica si era necesario quitarme el sujetador y el piercing pero me dijo que no, así que en la radiografía podrán ver dos anillas metálicas debajo de mis tetas y que llevo un pendiente en el ombligo. This is China. Además, el aparato estaba "a la altura china", lo que quiere decir que me quedaba unos 20 cm más abajo de donde me debería quedar. Tuve un lapsus y pensé que estaba en Europa, así que le pedí a Emma que le dijera a la chica que subiera la pantalla; pero ella me dijo que no, que me tenía que agachar. Así que a los aros metálicos y al piercing, hay que sumarle una espalda jorobada que ya quisiera Quasimodo. Me encantaría ver cómo ha quedado esa radiografía torácica.

    Por último, me hicieron el electrocardiograma. En España ya me dijeron al hacerme esta prueba que tengo bradicardia, que no es otra cosa que el corazón me late un poco más lento de la cuenta - menos de 60 pulsaciones por minuto -. Yo pensaba que con el meneo  que me estaban dando saldría bien la prueba, pero no, me salieron 52bpm - aún menos que en España, donde tuve 57 - así que no sé si me dirán algo por eso.

    Y nada, por fin se terminó el recorrido y me dieron un bollito, pan y leche para comer. Eso sí, he llegado a mi casa que parecía que un camión me había atropellado. Menos mal que hoy no tuve clases y pude descansar un poco.
 
Sólo pude tomar dos fotos del hospital: la de la orina y esta. Es un pasillo del hospital en obras lleno de polvo y trastos al fondo

    Y ayer estuve de excursión en un supermercado. Se llama RT. Mart, pilla un poco lejos de la universidad, pero puedes encontrar casi de todo allí.

    Por ejemplo, gambas vivas:




  
    Fuimos en bicicleta eléctrica hasta allí. Y como yo, aparte de tener un problema con los palillos, tengo un problema con la bicicleta - no sé montar, básicamente -, pues fui de paquete.


¡Oreos de muchos sabores!

    Fue un poco decepcionante porque los precios son muy parecidos a los europeos. Hay cosas más baratas como la fruta o el marisco pero luego hay cosas súper caras como la comida "exportada".


Típica foto cateta de "uy mira, comida española. Qué alegría" cuando ni siquiera como pastas Gallo cuando estoy en España
  
    Por si os interesa, también venden ranas resignadas de 5 kilos:

Esta rana tiene la mirada perdida porque ha aceptado su destino
  
     Antes de ir a RT. Mart, pasamos por un mercado un poco polvoriento en el que venden comida tan ecológica como larvas:

Las larvas de la derecha también incluyen las moscas que están por encima. CHOLLO.
    
    Bromas aparte, como lugar para coger la solitaria está bien. Que no....


  
   Este mercado lo ponen cada 5 días. Pero como son 5 días según el calendario lunar - y yo todavía no lo entiendo -, pues no me ha quedado muy claro qué días lo ponen.




    En otra entrada me tengo que acordar de contaros cómo actúan los chinos cuando nos ven. En la mayoría de los casos, somos los primeros extranjeros que ven en su vida.
 
La señora sentada me posó y todo

    Después de RT. Mart dijimos de ir a la playa. Me monté en la bici con Leo pero una de las ruedas se pinchó y acabamos en un taller.

Justo pillé a uno de los chinos diciéndole a Leo que soy demasiado alta para ir con él ¬¬

    Así que mientras el señor se dedicaba a echarme la culpa, me hice amiguita de unas niñas que rondaban por ahí ^^:
 


    Una vez arreglada la bici, fuimos hacia la playa. Os dejo con las fotos que hice y no cuento mucho más, que me está saliendo un post enorme
 
El coche de juguete de la policía impone mucho


El paseo marítimo es igual de grande que el de La Carihuela
Barquito ^^
¡Playita! El agua estaba súper caliente


 
    ¡Mañana más y mejor!

4 comentarios:

  1. Lo siento Pili, pero no puedo dejar de reírme, es que parece una peli de risa
    .Espero que estés mejor de tu golpe.Un abrazo

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    1. jajajaja ya.... cuando le conté la historia por audio a mi familia me dijeron que parecía un monólogo del club de la comedia jajaja ahora me rio, pero vaya día... Y sí, del golpe estoy mejor, aunque aún me dura el moratón!

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  2. ¡Qué divertidas son las Piluaventuras! Claro que ciertas cosas imagino que es mejor leerlo que vivirlo... Esperaré impaciente la siguiente entrega (cómo me recuerda esto al fotolog de la época romana... ^^). Besos desde Madrid.

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