(Como en su momento no he podido escribir cómo
ha sido mi primera semana en China gracias a la censura del gobierno, en
las próximas entradas especificaré en qué día las escribí).
¡Todo está escrito sólo en chino! Así que no me enteraba de nada. Yo miraba los paquetes y pensaba “¿pero aquí dentro qué encuentro yo?”. Estaba todo en chino. El paquete estaba en chino, la etiqueta del precio estaba en chino. Eso sí, las cosas no me han parecido tan baratas como yo me esperaba, quizás un poco más barato que en España, pero no he notado mucha diferencia en el supermercado. Y, de hecho, los productos de higiene son más caros.
Esta, en concreto, es del 3 de septiembre, el día que
llegué a Rizhao.
¡Hola!
Tengo que
resumir muchísimo cómo ha sido este primer día porque, si no, me va a salir una
entrada larguísima (¡y eso que sólo llevo aquí unas seis horas!).
El viaje de
Málaga a Qingdao ha ido muy bien. He volado con Lufthansa de Málaga a Qingdao,
haciendo escala en Frankfurt, y luego en Qingdao he cogido un autobús hasta
Rizhao. Han sido poco más de 20 horas, pero se me han pasado rápido. Creo que
ha sido así por la emoción de volar hasta China por primera vez en mi vida.
Al llegar a
Qingdao me recogió un chico chino que se presentó como Harry (es muy común que
algunos chinos adopten un nombre occidental), y junto a él he venido hasta
Rizhao. Creo que Harry ha acabado un poco harto de mí y mis mil millones de
preguntas, porque nada más que me decía “¿pero tú no estás cansada?, ¿no
quieres dormir?”. Y yo le decía “no, si yo estoy bien”. Y él insistía “son dos
horas de viaje hasta Rizhao, puedes dormirte un poco si quieres”. Pero yo no
paraba de hablar. De hecho, el pobre al final me dijo “eres una chica con mucha
energía” que supongo que es la forma light de decir hija mía, qué pesá ere’.
Nada más
llegar a Rizhao, hemos cogido un taxi para ir a la universidad. Gracias a eso,
he podido descubrir la temeraria conducción china. Es mortal. Desde el carril
izquierdo giran para ir a un cruce que está en el lado derecho, se meten en
dirección contraria y circulan por ahí, cualquier lugar es bueno para hacer un
cambio de sentido...
En cuanto al
campus, es bastante grande: tiene tiendas, peluquería, heladería, supermercados… He ido con Harry a un supermercado, pero apenas he
comprado nada. Sólo un gel, un champú y una pasta de diente, que era lo que
necesitaba más urgentemente. Para poder comprarme el gel y el champú he tenido
que pedir ayuda a Harry, porque no sabía cuál era un champú y cuál, un gel.
¿Para qué utilizaríais esto?, ¿cuerpo o cabello? |
¡Todo está escrito sólo en chino! Así que no me enteraba de nada. Yo miraba los paquetes y pensaba “¿pero aquí dentro qué encuentro yo?”. Estaba todo en chino. El paquete estaba en chino, la etiqueta del precio estaba en chino. Eso sí, las cosas no me han parecido tan baratas como yo me esperaba, quizás un poco más barato que en España, pero no he notado mucha diferencia en el supermercado. Y, de hecho, los productos de higiene son más caros.
Por cierto, tal
y cómo me avisaron, los chinos donde yo vivo no saben inglés. Pero cero. Tienen
el mismo nivel de inglés que mi abuela. Como ejemplo, no entienden qué puede
significar “thank you”. Le dije esa palabra a la dependienta del supermercado
cuando me devolvió el cambio y me dijo Harry que para decir “thank you” que no
dijera nada, porque no entendían qué quería decir. Así que no tengo otra opción
que aprender chino sí o sí si quiero comunicarme con los rizhantinos.
Por otro lado, mi casa. Es enorme. Acostumbrada a
vivir en un estudio de 30m cuadrados me pierdo en esta nueva casa. No tan
exagerado, pero me parece grandísima. Mi primer pensamiento cuando la vi fue: ¡tiene
habitaciones! De hecho, tres (cuarto de baño, dormitorio y despacho). La
cocina, el comedor, el salón y el balcón están unidos. Por supuesto, tiene sus
cosas malillas; como la ducha, que no es ducha exactamente – no hay separación,
te bañas en el mismo suelo del cuarto de baño -. Pero tengo una cama enorme,
donde quepo yo y dos personas más – además, que dormiríamos bien y todo -; y tener
mi propio despacho me parece genial.
Para terminar, el clima. Hace un calor horroroso. Tropical.
El sol no pega tanto como en Málaga, pero se suda muchísimo más. Lo bueno es
que tengo aire acondicionado en mi casa. Y otra cosilla, amanece poco antes de
las 6 y a las 18.30 ya se hace de noche.
Y termino por hoy. ¡Ya os contaré más cosillas! ^^
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