28 jul 2016

El cementerio de Shanwai

¡Hola!

    Un día del primer semestre, estábamos en clase estudiando el subjuntivo. Yo le pedí a mis alumnos que me hicieron frases tipo "no me gusta que (Fulanito) + (verbo en subjuntivo) + (lo que sea)". 

    Puse más ejemplos, como "me da asco que la gente se coma los mocos" o "me encanta que mis padres me compren regalos". 

    Todos supieron hacerme una frase con el subjuntivo hasta que llegó el turno a una alumna que no se enteró muy bien de lo que había que hacer y me dijo "tengo miedo de ver un cadáver en Shanwai".

    - Eva, ¿un cadáver? - le dije extrañada, olvidando que no había usado el subjuntivo por ningún lado.
    - Sí - respondió.
    - ¿Sabes qué es eso?
    - Sí, una persona muerta.
    - ¿Y cómo vas a ver un muerto en Shanwai?
    - Claro, en el cementerio.
    - ¡¿¿Cementerio??! ¡¿¿Qué cementerio??!

    Los estudiantes empezaron a reír al ver mi cara, porque yo no daba crédito a lo que me estaba diciendo.

    - El cementerio de Shanwai.
    - ¿¡Que aquí hay un cementerio?!
    - Sí, detrás del supermercado.
    - ¿¿¡¡¡Cómooo!!!??

    Como el resto de alumnos no paraban de reírse, pensaba que me estaban tomando el pelo. Pero no. Uno de ellos hasta me dijo que desde la ventana de su habitación podía verlo.

    Desde aquí declaro públicamente que soy una cagueta, y me dio muchísimo miedo saber que hay un cementerio a diez minutos andando de mi casa. Hoy día ya me he habituado y no me parece tan raro, pero en aquel momento fue un trauma saber que había personas enterradas detrás del supermercado donde yo iba todos los días.

    Yo les pregunté a mis alumnos si para ellos era normal que hubiera un cementerio ahí porque, les confesé, para mí era extrañísimo y, de hecho, me daba bastante miedo.

    - No te preocupes - me dijo otra alumna, que andaba consultando palabras en el diccionario -, el espíritu de los muertos viene a vernos y nos protege.

    "Anda que esta sabe como quitar el miedo ¬¬", pensé.

    Ese mismo día, fui al supermercado a comprobar que no existía dicho cementerio, porque no quería creerme que fuera verdad. Cuando llegué, bordeé el supermercado y comprobé que había un muro de unos tres metros en el que nunca había reparado :O.

    Busqué algún hueco para poder pasar, pero estaba cerrado a cal y canto, así que no podía ver qué había detrás. Googleé mi dirección en el maps para ver qué aparecía y me parecieron estos mini cuadraditos:

Miedito

    Sobra decir que aquella noche me costó dormir (y la siguiente, y la siguiente...) pensando en cuántas personas podrían estar enterradas a menos de un kilómetro de mi casa. Además, por aquel entonces, tenía ralladas nocturnas con la "Niña Medeiros" - porque le puse la película de Rec a mis alumnos para Halloween y, antes de eso, la vi sola en casa -, así que lo del cementerio no me ayudó mucho.

    Unos meses más tarde, estando ya David en China, un día fuimos al edificio donde estaba el supermercado. El edificio consta de tres plantas y el supermercado está en la primera y, como no había nada mejor que hacer, le dije a David que por qué no íbamos a ver qué había en la segunda y la tercera planta.

    Estas dos plantas se encontraban en obras y parecía que estaban montando en ellas una zona de cafeterías.

Interior de la segunda planta

    Curioseamos por las distintas habitaciones y, cuando me dio por asomarme por una de las ventanas, vi una imagen que me impactó:

¡El cementerio!
    Ya ni me acordaba de él y me dio impresión ver todas esas pequeñas tumbas. Además, entendí el miedo de mi alumna, ya que algunas de las residencias están prácticamente pegadas a él, y probablemente será muy fácil asomarse y toparse con un entierro.


Una residencia de estudiantes junto al cementerio

    Más adelante, en abril, una mañana que estaba paseando por las afueras de mi escuela, fui a una zona donde no había estado antes y vi un camino de tierra en mitad de la nada. Decidí seguirlo cual aventurera y ver adónde me llevaba y, al girar a la derecha en una de las bifurcaciones, comprendí que estaba llegando al cementerio :/.


El edificio que se ve justo enfrente es donde se encuentra el supermercado

    Para no cagarme pasar miedo, me puse a pensar que estaba viendo algo "único", que era una oportunidad para ver un cementerio chino, algo que no tenemos en España (creo o, al menos, no tan grande) y me lo tomé como algo "cultural".



    De todos modos, como ya soy medio china, no quise hacer muchas fotos por eso de que el alma de las personas se quedan en ellas y te da mala suerte.



    Estuve cotilleando algunas de las lápidas, pero poco entendía aparte de la fecha de nacimiento y defunción.

    Estuve hablando con Yurie, mi amiga japonesa, sobre lo raro que se me hacía tener un cementerio tan cerca. Me dijo que en Japón no era muy normal, pero que a veces se compraba el terreno cerca de los cementerios porque es mucho más barato. Supongo que esa es la explicación de por qué mi escuela está construida ahí.
    
    Y esta es mi historieta de hoy :D. 

    Muchos besos y gracias por leerme ^^.




24 jul 2016

Viaje a Qingdao

¡Hola!

    Hoy voy a hablaros del viaje que hicimos a Qingdao los cuatro españoles a principios de mayo, con motivo del puente del día del trabajador. Como lo planeamos con muy poco tiempo de antelación y sólo teníamos un par de días libres, decidimos ir a esta ciudad, ya que está a dos horas de Rizhao.

    Yo ya había ido a Qingdao en noviembre, en un viaje gratuito que organizó mi universidad - y que no os conté por falta de tiempo -.


Foto de entonces, con el monumento rojo de la plaza del 4 de mayo al fondo

    En aquella ocasión, sólo estuve un par de horas en Qingdao, ya que íbamos y volvíamos el mismo día. Vaya, que puedo decir que apenas vi nada de la ciudad. Qingdao es una ciudad enorme - y sin metro, por aquel entonces - por lo que no pudimos alejarnos mucho de donde nos dejó el minibus.

    En esta ocasión, salimos temprano - para que nos cundiera el día - y nuestra idea era volver en el último bus del día siguiente para estar el máximo de tiempo posible allí.

    Reservamos la habitación en un hotel que, como veréis en la siguiente foto, estaba muy cerca de la estación de tren:


Estas eran las vistas desde la habitación xD

    Lo primero que hicimos fue dirigirnos en dirección a la playa. Allí, comimos en un Mc Donald's y varias personas nos hicieron fotos con el disimulo chino tan característico:


Señor chino feliz por hacerle fotos a Maria R.(Ojo a ese niño tieso xD)

    Ese día perdimos la cuenta de las fotos que nos pudieron hacer. Creo que ya lo he comentado antes, pero en China es muy poco común encontrarse con extranjeros, lo que provoca que te hagan fotografías allá por donde vas.
Estas chicas preguntaron a Maria M. si les importaba hacerse un selfie con ellas

    Al principio te choca, a veces te sube la autoestima y te hace sentir especial pero, otras, la verdad es que cansa. Sobre todo porque suelen hacerte más de una, la mayoría de veces en tu propia cara (hasta escuchas el sonido de la cámara), y si estás teniendo un mal día, no suele hacer mucha gracia. Es como vivir la experiencia de una actriz famosa, pero siendo pobre.


Este señor nos hizo un barrido con su móvil

    Ese día la verdad es que nos tocaron un poco la moral y al final acabamos nosotras haciendo fotos a los chinos que nos fotografiaban.


Maria R. haciendo fotos con la misma sutileza con las que nos hacían fotos a nosotras

    Aunque algunos, lejos de ofenderse, se lo tomaron la mar de bien:



    La playa de Qingdao estaba a reventar de gente, aunque nadie llevaba bañador.



    Os pongo fotos para que veáis lo súper poblada que puede estar una ciudad china. Ni Torremolinos en verano, que ya es decir.



    En esta zona estaba, como podéis ver en la foto anterior, un camino que se mete en el mar y termina en un edificio llamado Zhan Qiao. 



    La verdad es que fue un poco decepción porque dentro lo que había era cinco fotos y media sobre la historia de Qingdao, pero la forma en la que está expuesta es muy poco interesante.


Paseo marítimo de Qingdao

    Después nos dirigimos hacia la parte alemana, ya que Qingdao fue colonia de este país durante 15 años (desde 1899 a 1914), y aún conserva parte de los edificios que se construyeron en esa época.


En el camino nos compramos esta diadema de flores que vimos que llevaban algunas chicas

    En esa zona mi móvil se quedó sin batería, así que sólo os puedo enseñar una foto de la catedral de San Miguel :(



    Desde aquí, empezamos a callejear y nos metimos en un barrio "súper chino". No sé a quién le conté esto en su momento y le hizo gracia (en plan "¡pero si estás en China! ¡Todo es súper chino!"), pero yo me refiero a que eran callecillas estrechas, viejas, con negocios pequeños y gente que camina tranquila. Muy auténtico y, por ende, "muy chino".


Típica foto para quedar de guay en Instagram ("#alfresco", "#haciendoamigas", "#tertuliachina"), pero sólo les estaba preguntando si les importaba que me hiciera una foto con ellas.

    En este barrio, no había nada "moderno" por ningún lado; la carne estaba expuesta fuera de las tiendas y los animales se mataban a los ojos de todos.



    De hecho, - animalistas saltaros este párrafo -, observamos cómo metían a un gallo vivo en una olla a presión con agua hirviendo, escuchamos los golpes del animal por intentar salir de ahí y vimos como salía sin vida y lo desplumaban con la habilidad de alguien que lleva años dedicándose a eso. Después, el dueño del negocio sacó uno de esos cuchillos grandes que parecen una mini hacha y ya aparté la vista porque era demasiado. Aunque una de las Marías me dijo que era gracioso que había sido capaz de ver cómo mataban al pollo y justo cuando iba a hacer lo mismo que hace el carnicero de tu barrio no pude soportarlo jaja.


Con unos chinos muy simpáticos ^^

    En ese barrio, algunas personas nos pararon y nos hicieron las preguntas de rigor (¿de dónde sois?, ¿qué hacéis en China?), hasta que llega ese punto en el que el pésimo nivel de chino que tienes te impide entender y/o expresarte.



    La verdad es que siempre me da mucho coraje el no poder comunicarme con una persona, pero el chino es un idioma imposible >_<. Antes de volver a España, tuve una época en el que odié al chino y sus tonos, y en la que me embajoné pensando que jamás aprenderé este idioma. Se supone que son épocas y ahora creo que me estoy volviendo a reconciliar, pero esta lengua es demasiado difícil. Y me quejaba yo del ruso V_V.


Señora china con un look muy discreto

    Pero, en fin, al día siguiente fuimos a la fábrica de cerveza de Qingdao.



    En Qingdao se fabrica la cerveza más famosa de china - llamada Tsingtao -. Fueron los alemanes quienes construyeron esta fábrica en 1903, hoy convertida en museo.



    Dentro del museo, hay una parte dedicada a la historia de la cerveza. En otra zona, puede verse cómo es una cervecería por dentro, con diferentes habitaciones en las que se explica los procesos por los que pasa la cerveza. También hay una zona donde puedes tocar - y oler - cebada, que mola mucho.


Tubos que no recuerdo para qué sirven :$

    Por último, hay una zona más didáctica, donde está "la casa del borracho", una habitación con el suelo en diagonal y que pretende hacerte sentir como si estuvieras ebrio.



    En el precio de la entrada te incluyen un vaso de Tsingtao, para que no te vayas de allí sin probar la cerveza :D


Varias fotos de nuestra visita al museo

    Al salir del museo, nos pasaron dos anécdotas. La primera es que conocimos a un chino... ¡que hablaba catalán! :/ Trabajaba en Gerona desde hacía bastante tiempo y, aunque nos entendía perfectamente, nos respondía en catañol. Me pareció súper gracioso ver a un chino en mitad de Qingdao contestar un "¡molt bé!" con un acento catalán que ni Carod-Rovira.

    Y, por otro lado, queríamos ir a comer a un restaurante que estaba a una media hora de donde nos encontrábamos y ningún taxista nos quería llevar. Todos nos decían que por qué íbamos tan lejos, que ellos conocían un sitio más cercano que también estaba bien. Estos chinos... (Así conocimos al chino catalán, porque nos vio desesperados intentando subir a un taxi).


Vistas desde el puerto deportivo
    Al final, tuvimos que coger dos taxis: uno que nos dejara a mitad de camino y otro para por fin llegar a donde queríamos.

    Después de comer, estuvimos dando un paseo por el mar para despedirnos de la ciudad.


Una pareja es fotografiada en un yate
    Es una pena la contaminación que hay en China, porque las vistas serían muy bonitas si no fuera por esa capa de suciedad que cubre los edificios.



    Cuando quisimos volver, casi nos quedamos en tierra porque de nuevo ningún taxista quería llevarnos a la estación de autobús porque estaba "muy lejos". La suerte quiso que topáramos con un chico de Córdoba que vive en Qingdao con su novia china y fue ella la que empezó a llamar a taxis casi suplicando que nos recogieran. No perdimos el bus a Rizhao de milagro.



     Y paro ya por hoy, que me ha vuelto a salir una entrada larga. ¡Espero no haberos aburrido! :D


Esta es mi foto favorita del viaje ^^

    Os escribo pronto. ¡Besitos! ^^






19 jul 2016

Vuelta a España

¡Hola!


    Sé que tengo el blog muuuuuy olvidado, ¡lo siento! 


    Estos últimos meses me ha sido imposible ponerme a escribir. Más que nada, porque necesitaba tiempo para mí misma y para pensar, ya que veía que mi contrato terminaba y llegaba la fecha de decir si quería seguir en China otro año o no y estaba hecha un lío.

    Además, mi internet de China es súuuuuuuper lento y con la VPN va más lento aún. A eso hay que sumarle que mi ordenador está pidiendo un formateo urgente porque ya no puede quedárseme pillado más veces por minuto (hace cinco años que lo compré y aún no le he hecho ninguno. Sí... lo sé, soy lo peor). Total, que he necesitado el doble de tiempo de lo normal para escribir una entrada justo cuando menos tiempo tenía.

    Y tengo un montón de cosas que contaros. Estos meses que he estado calladita he viajado tanto por China (Qingdao y Xuzhou) como por el extranjero (Japón y Corea del Sur); he descubierto nuevos rincones de mi ciudad, Rizhao; he conocido a mucha gente; he probado comida que jamás pensé que comería (os digo una pista: empieza por "patas" y termina por "de pollo"); me he encontrado derrumbado, de un día para otro, a 后山 :( (hou shan, el lugar dónde se entraba por la ventana), he salido (supuestamente) en la portada de un periódico local chino que jamás he visto; he participado en una suerte de lip dub en el que giraba cual Bisbal y mi móvil y mi zapato salían volando; y, por supuesto, me han pasado mil situaciones de subrealismo chino que espero ir contando en este mes y medio que tengo de vacaciones.

¿El mejor acompañamiento para un café? ¡Uvas con tomate!

   Y, bueno, lo importante, ¡vuelvo a China! Después de veinte mil ralladas y conversaciones con unos y otros, he decidido prolongar mi estancia en Rizhao un año más. Así que sigo de profe de español :).

    Hasta entonces (septiembre), tengo un mes y medio para ver a los míos y disfrutar de la tierra. Aunque lo de "disfrutar" es un decir, porque llegué el pasado día 6 y a los pocos días pillé gastronteritis y he estado mala en casa casi una semana. El día que, por fin, pude volver a comer sin problemas (anteayer), me picó un bicho y ayer terminé en urgencias para que me pusieran una inyección de Urbason. Soy un alma en pena, en serio jajaja.

    Yo, que me he pasado los últimos meses repitiéndome en China "madre mía cuando vuelva a España la pechá comer que me voy a dar: queso, croquetas, ensaladilla rusa, tortilla, pizzas del domino's..." y ahora tengo mi estomago más delicado que nada V_V. Una amiga china me ha dicho que ya mi cuerpo sólo quiere comida china, y casi que puede ser. Porque cuando estuve en el buffet del hotel de Frankfurt (hacía una escala larga allí a mi vuelta), miré alrededor y me dije "¿pero dónde tienen el arroz o los bao zi? T_T".

    Y es que haber estado 10 meses en China me ha pasado factura. A mi vuelta, como tenía que pasar 18 horas en Frankfurt, decidí dar un paseo por el centro. Pues lo primero que me llamó la atención no fue la arquitectura tan bonita o escuchar alemán por todos lados. No, fue ver a tantos extranjeros. Había occidentales por todas partes y no podía dejar de mirarlos. Me sentí súper china. Sólo me faltó hacerles fotos o señalares y decirles laowai - "extranjero" en chino; así nos llaman -. Fue una sensación súper extraña.

    Al igual que, cuando salí del avión - ya en Málaga -, y leí el cartel de "salida" fue en plan "dios mío, un cartel que entiendo :___(". Ya se me ha pasado, pero los primeros días fui súper feliz por poder entender todo lo que leía en todos lados. 

    Y, la verdad, también estoy contenta porque antes de venir pensaba que se me iba a hacer duro llegar a casa. Ya sabéis, que si choque cultural inverso, que si síndrome del viajero... pero la verdad es que me siento bien aquí. También puede ser porque sé que es algo temporal y que en septiembre vuelvo a China. Quizás si ya me tuviera que quedar siempre aquí sería diferente. Pero, por ahora, sólo tuve un día de bajón rollo "jo, me iba a tomar ahora un café al coffe hall. Qué a gustito se está en mi uni :(". Y, bueno, que en China estaba acostumbrada a hablar de cualquier burrada tema en público - total, ¿quién me iba a entender? - y ahora tengo que cortarme un montón.

    Pues bueno, ya por hoy está bien, ¿no? Quiero ponerme a formatear el ordenador estos días, así que a ver si no tardo mucho para mi próxima publicación.

     ¡Un besito y gracias por leerme! ^^