30 sept 2015

Peculiaridades chinas I

¡Hola!

    Ayer ya llegué de Shanghái, pero antes de escribir sobre el viaje me gustaría dedicar una entrada a otra cosa que he vivido estos días.

    Antes de nada, aviso de que voy a criticar algunos aspectos de los chinos. Y, lógicamente, reconozco que los estoy juzgando / criticando desde mi perspectiva occidental - no podría hacerlo de otro modo -, pero no quiero dar una imagen de que me siento "superior" por venir de Europa, rollo "qué civilizados somos en el viejo continente y qué salvajes son aquí". Para nada. Pero, a fin de cuentas, cuando doy mi opinión en este blog lo hago como mujer, europea, casi en la treintena, universitaria, [insertar demás etiquetas que puedan describirme], y ahora no voy a ser diferente.

    Sé que este último párrafo me lo podía haber saltado, porque este es mi blog y aquí hablo de lo que me da la gana. Pero tenía miedo de dar una imagen de mí que no corresponde con la realidad.

    Y, ahora, os hablo de mis chinitos ^^.

    Antes de venir a vivir aquí, me leí todo lo que pude sobre China, su cultura, su gente, su comida... y, de hecho, leí tantas cosas malas que vine aquí con miedo de lo que me iba a encontrar. Por supuesto, cuando llegué comprobé que aquí no se vive tan mal y que la gran mayoría de cosas eran exageraciones. O eso creía. 

    Una de las cosas que más se repetía es "los chinos son unos guarros: se tiran pedos, eructan, escupen, no se lavan muy a menudo...". En realidad, a este aspecto yo no le di mayor importancia. Sé que no es muy agradable pero, hablando claro, mientras no huela mal, no me importa - soy súper sensible a los olores y los identifico a tres kilómetros de distancia -. Además, que si decides irte a otro país tienes que aceptar lo que allí puedas encontrarte. Y, si no, quédate en tu casa. 

    Tras este viaje, he descubierto que vivo en un pequeño paraíso civilizado situado en el este de China. Me refiero a mi campus de Rizhao. Aquí, en todo el tiempo que llevo, no he escuchado ni un solo eructo, ni un pedo, ni he visto nada que te haga decir "dios mío, qué asco". Sé que los estudiantes se lavan tres veces a la semana o así pero porque me lo dijo una compañera; yo jamás lo hubiera pensado porque no tienen pinta de sucios ni huelen mal.

    En Shanghái, no llevábamos ni un día y un hombre que iba por la calle delante de nosotros se tiró un señor pedo que Manuel y yo nos miramos en plan "¿eso acaba de pasar?". Pero al final te ríes y te quedas con la gracia del momento.

    Estando allí, empecé a escuchar gente escupiendo pero es de esto que al principio como que pasa desapercibido. Hasta que ya notas que el mismo sonido se repite demasiadas veces. Y empieza a molestar. Además, que no os creáis que aquí se escupe con la gracia que tendría una duquesa francesa adolescente del siglo XVII. No. Aquí la nariz y el cielo de la boca se les meten dentro del cuerpo mientras hacen ese ruido tan característico que precede al escupitajo. En serio, juntad a cinco abuelos españoles escupiendo a la misma vez y sigue sonando más fuerte el sonido de un sólo chino. Y, vale, están en la calle, que ancha es Shanghái, ¿pero os imagináis en un autobús? Es más, ¿os imagináis en un viaje de diez horas en autobús?
Momento en el que perdí mi fe en la humanidad
   
    Se me hizo eterno el viaje de vuelta desde Shanghái. Creo que en esas diez horas he escuchado más gente escupir que en mis 28 años de vida. Y no exagero. Y ya no sólo era el hecho de escucharles, era el ser consciente de que no todos lo estaban haciendo en una bolsa o en un pañuelo. Si el viaje hubiera durado dos días, habría terminado nadando entre saliva.

    Además, conforme pasaban las horas, peor iba oliendo el autobús. Y, creedme, el hecho de que el conductor se metiera en desvíos sin sentido para dar la vuelta y desandar lo andado no es que ayudara. Sinceramente, yo creo que se perdió varias veces. En el viaje de ida, paramos cinco veces a descansar y tardamos ocho horas y media en llegar. En el viaje de vuelta, sólo paramos dos veces y tardamos casi diez horas. Y, de hecho, a la ida había tráfico en la entrada en Shanghái por culpa de un accidente que, si no, habríamos tardado menos.

    No sé cuántas personas altas me estarán leyendo, pero sé que me entenderán con lo que voy a decir ahora. Cuando eres alta y ya sea que viajas en coche, autobús o avión, siempre tienes esa tensión de "en qué momento la persona de delante echará su asiento para atrás y me pillará las piernas o le tendré que decir que por favor se eche para delante". En este autobús chinesco, no iba a ser menos. A ver, sé que es un coñazo para la persona que se sienta delante no poder echar para atrás su asiento. Es más, justo detrás de mí estaba sentado Fran, que es más alto que yo, por lo que no pude plegar mi asiento en todo el viaje. Sé cómo os sentís, personas que os sentáis delante de un alto.

    Bueno, en un momento del viaje, el pasajero que estaba sentado delante de mí echó su asiento para atrás con toda su fuerza y, de hecho, grité y todo porque, primero, no me lo esperaba y me asustó y, segundo, me pilló las piernas y me hizo daño en las rodillas. Se dio cuenta - como para no escucharme - y echó su asiento para delante. Y aquí va un pequeño test. ¿Qué creéis que hizo este amable señor?

    a) Me pidió perdón y no echó atrás su asiento en todo el viaje

    b) No me pidió perdón pero no volvió a mover su asiento

    c) No me pidió perdón y volvió a echar para atrás su asiento

    Efectivamente, la "c". Volvió a echar atrás su asiento como si no hubiera pasado nada, sólo que esta vez apreté las piernas para hacerle de tope y no pudo echarlo para atrás todo lo que se podía. Por lo poco que conozco  los chinos, yo ya sabía que más tarde o más temprano lo iba a echar sin miramientos. Lo que yo no contaba era con que el señor iba a dormirse apoyando su cabeza en el asiento de delante.


Definición de "joder por joder". Mis piernas aplastadas y el tío durmiendo sobre el cojín delantero

    Como antes he dicho, en las casi diez horas de viaje el conductor sólo hizo dos paradas. En la segunda, tenía unas ganas enormes de ir al baño que salí casi escopetada del autobús. Mi sorpresa fue lo que me encontré como baño:

Baño público. Literal.
.
    Ese era el baño de las mujeres y la foto la tomé desde "la puerta" - entre comillas, porque no había puerta -. Cualquier persona que pasara por ahí me podía ver mear. Y justo el baño de los hombres estaba al lado. Me quedé dudando en la puerta, entre las ganas que tenía de hacer pipí pero el miedo de que cualquier hombre pudiera verme. Una señora china se me acercó y me dijo algo. Aunque no entendí ni papa, sabía lo que me había dicho. Que no me preocupara, que ella se quedaba a vigilar en la puerta. Eso sí, hubo una parte con la que yo no contaba y es que la señora no iba a dejar de mirarme mientras meara. No sé si fue porque soy extranjera y/o nunca había visto un culo no asiático y sentía curiosidad. O simplemente porque forma parte de la naturalidad china - ¿qué hay de malo en mirar a otra mujer? -.

    Por cierto, por regla general (por lo menos en lo que he visto hasta ahora, que reconozco que es poco), los baños chinos no suelen tener váter. Son de este estilo:

Este es el baño de un buen restaurante. Generalmente no están tan limpios.
    
    Eso sí, tienen puertas para evitar que nadie te vea - como los baños de España, vamos -. Otra historia es que la persona que esté dentro cierre la puerta, que ya he visto más de un caso que no lo hace y ves a la señora tan tranquila de cuclillas.

    En fin, creo que es demasiada "cultura china" por hoy, ¿verdad? ¿Os imaginabais que los chinos serían así?, ¿habíais escuchado ya algo? Y los que viven o han vivido en China y me leen, ¿qué os parece?

    ¡Besitos para todos!





25 sept 2015

Professoressa di italiano

¡Hola!

    Esta semana ha sido muy tranquilita y no ha pasado mucho en realidad. Aunque sí me han ofrecido una cosa que me ha encantado y es que ¡soy la nueva profe de italiano! ^^. 

    Hace poco más de una semana conocí a una chica china que enseña italiano y con la que hablo en ese idioma. Yo sabía por mi amiga italiana que en el departamento de italiano necesitaban a una profesora, pero me daba cosa llegarle con mi cara y decirle "hey, pues si no encontráis a alguien, podría darlas yo".

    La sorpresa llegó cuando la chica china me dijo que había hablado con su jefa - sin comentarme antes nada - y que me había propuesto para cubrir la vacante y que su jefa había aceptado (aunque lógicamente quería conocerme antes y eso). Así que nada, así me he convertido en professoressa ^^.

    Hoy he tenido mi primera clase y la verdad que ha estado genial. Por suerte, el italiano que tengo que darles es súper básico (la mayoría acaba de empezar a estudiar este idioma), así que no puede ser más sencillo. 

    Si soy sincera, tenía muchísimas ganas de dar italiano pero me daba un poco de "miedo" que me tocara un curso superior. Aunque lo hablo relativamente bien, prácticamente no lo hablaba con ningún nativo desde que viví en Palermo (año 2011) y la última vez que lo estudié fue cuando me presenté para sacarme el B2 (año 2012). Lo que me hizo armarme de valor y aceptar dar las clases fue que Mariasole - mi amiga italiana - me dijo que lo hablaba muy bien y que, aunque se notara por mi acento que no soy italiana, "la tua grammatica è perfetta". Y gracias a ese comentario de ella, ahora soy la mar de feliz enseñando mi querido italiano :D. Eso sí, ahora me pongo más nerviosilla cuando hablo con ella porque no quiero cometer ningún fallo y que piense "valiente profesora ¬¬".

    Y ya os digo que esta semana poco más. Han abierto cerca de casa una tienda que vende leche fresca y yogur y me han facilitado un poco la vida. Aquí es bastante difícil conseguir leche y, cada vez que necesitaba, tenía que coger un taxi para ir al supermercado donde la venden. Además, era bastante cara (como casi 3€ el litro); y ahora en el negocio que os he comentado por 150rmb (algo más de 20€) tengo 40 botellitas de leche fresca como esta:   

250 ml de felicidad
        Por cierto, hoy en el comedor la cocinera se sentía con ganas de innovar y me ha cocinado el arroz que siempre le pido con un nuevo ingrediente:

Mosca frita. ¡Qué buena!
    
    Y nada más. Mañana me voy varios días a Shanghái con los dos españoles y el mexicano, así que ya os contaré a mi vuelta ^^. Ha sido un viaje que decidimos hacer ayer, así que hoy hemos comprado los billetes de autobús y reservado la habitación, y apenas he tenido tiempo de leer un poco sobre lo que se puede ver allí, pero bueno.

    En mi universidad, hay una señora que vende los billetes de autobús en el comedor. Hemos ido esta mañana a reservarlos, porque hasta la tarde no podía traerlos, y me ha hecho mucha gracia el resguardo que me ha dado al pagarle la fianza:

Resguardo que te da mucha seguridad
    
    Después ha habido un momento de drama porque se suponía que el autobús salía a las 8 de la mañana y en nuestro billete ponía que lo hacía a las 7.20 y, como tenemos el mismo nivel de chino que un bebé pequinés de seis meses, he tenido que llamar a una alumna por si me podía ayudar a hablar con la señora. Al final lo que ha pasado es que la señora se ha equivocado al poner la hora en el billete. Qué raro. Con lo bien que trabajan los chinos (ironía).

    Y ya está. Os dejo que tengo que preparar todavía la maleta. 

    ¡Un besazo!


21 sept 2015

Doble fiesta de cumpleaños y clases de español-japonés

¡Hola!

    Este finde pasado fue el cumple de los cordobeses. Fran cumplía el sábado y Manuel, el domingo; así que lo celebraron el sábado por la noche en su casa.

Brindando con tequila :D Siento la calidad de las fotos del móvil de Harry V_V

     Como cada uno traía comida o bebida, yo me animé y les dije que quería hacer la tarta. Lo que no caí fue que estaba en China y que encontrar los ingredientes iba a ser casi imposible.

En primera línea, el famoso Harry ^^ A mi lado está sentada Yurie, mi profe de japonés
    Mi idea era hacer una tarta de galletas. Era la primera que se me ocurrió que cumplía con dos requisitos esenciales: no necesita horno y tampoco tiene demasiados ingredientes.

  Fuimos por la mañana a RT. Mart - el supermercado - y tras pasar un par de horas fue imposible encontrar la vainilla o cualquier cosa que se le pareciera. Así que al final tuve que improvisar y cambiar esa parte por plátano.

   
  Vainilla no encontré, pero sí que vendían tiburón. Si algún día necesito - que nunca se sabe - ya por lo menos sé dónde encontrarlo.

El pobre con su cebolla en la boca
    Tampoco tenían chocolate para derretir, así que tuve que comprar tabletas de chocolate normal. Al final la tarta quedó un poco desastre:

El chocolate que compré no fue suficiente V_V

pero lo bueno fue que a la gente le gustó mucho. Yo no tenía mucha confianza, pero lo cierto es que más de uno repitió y la bandeja de la tarta se quedó vacía :D - y era grande, que como veis en la foto no me cabía en la nevera -. Además, el mexicano me dijo que teniendo en cuenta los pocos ingredientes "europeos" que pueden encontrarse aquí, mi tarta fue todo un milagro ^^. 

Por nacionalidades, de izquierda a derecha: Colombia, China, Italia, España (x3), Tailandia, China, EEUU, México y EEUU

    La fiesta duró hasta las 4.30 de la mañana, aunque sólo aguantamos los latinos y un alumno chino - justo con el que nos fuimos a jugar majiang el viernes -.

    Ayer domingo me desperté a las una sin saber muy bien dónde estaba y acordándome de Don Julio, el tequila que se trajo el mexicano desde su país.

    Por la tarde, sobre las tres, Yurie vino a mi casa. Al poco de conocernos, le comenté que siempre me había gustado el japonés (de hecho, le canté los opening de Sailor Moon y Marmalade Boy - que me los sé de memoria - para que viera mi nivel de fanatismo), y ella me dijo que le gustaría aprender español. Así fue como acordamos que yo le podría enseñar español y ella a mí, japonés ^^. Y ayer tuvimos nuestra primera clase.  

    Ella avanzó mucho más en español que yo en japonés porque ella conoce "nuestra" letra, así que sólo tuve que explicarle algunas peculiaridades de nuestra pronunciación (como que, qui; ga, gue, gui, go, gu, ge, gi; que la "h" es muda y cosas así), y ya empezamos  con la presentaciones ("hola, ¿cómo estás?, ¿cómo te llamas?", etc.).

    Sin embargo, yo avancé poco más que esto:

Esto es poco más del tercio de uno de los dos abecedarios que tienen
    Ella vino con una pizarrita y me enseñó a escribir una por una las letras, como se le enseñan a una niña pequeña. Ella escribía en la pizarra y yo copiaba en unos folios especiales que ella me trajo.

    Aun así, me enseñó a saludar, a decir mi nombre (watashi no namae wa Miranda Pilar desu, que se dice pronto) y los números del 1 al 100.


Tortura japonesa (la letra en lápiz es la suya y en boli, la mía)
  
    Como me vio masoquista, me dijo que hoy por la mañana tenía su primera clase con un grupo de primero y que podía asistir si quería para que me sirviera como repaso, porque con ellos iba a ver casi lo mismo que vio conmigo.


Así que he ido
    Los que me conocéis un poquito, sabéis que me encanta Japón. Siempre he querido aprender japonés, pero me acababa decantando por estudiar idiomas "más útiles" (inglés, alemán, italiano, ruso...). Y ahora que tengo una profe "gratuita", que me cae súper bien y, encima, es nativa, siento que no puedo desaprovechar esta oportunidad. El problema creo que va a llegar cuando empiece las clases de chino - ¡que espero que sea pronto, porque están tardando un montón en organizarlas! - que lo mismo la cabeza me explota o me lío con los dos idiomas. Ya se verá.

    Y termino con una cosa súper importante: ¡ya me ha llegado mi primer envío de Taobao!


¡Un cubre sofá muy hortera! Es lo que tienen los nervios de la primera compra
 
    La chica italiana me ayudó a abrirme la cuenta (porque está todo en chino) bajo el aviso de "cuidado, que engancha y vas a gastarte medio sueldo aquí". Me tuvo que ayudar hasta para hacer la compra y creo que me va a tener que ayudar por segunda vez ¬¬ porque ayer intenté comprar una cosa y me salió un mensajito en chino que descífralo tú. Y después de media hora peleándome con el traductor de google y hacer un curso experto de "Interpretación libre de símbolos chinos para que signifiquen lo que te dé la gana" llegué a un punto de no retorno y lo di por imposible.

    Lo bueno es que los paquetes lo dejan justo al lado de mi casa, así que más cómodo, imposible.

La tienda por dentro

    No os dejéis engañar por la foto anterior, ya que detrás de esa apariencia relativamente ordenada - para ser chinos, está súper bien -, se esconde esta imagen:

Esto sí es China

     Y poco más, que en china hay billetes que al cambio valen unos 0,07€ y el otro día me dieron como 30 de esos, lo cual no me hizo mucha gracia V_V


Estoy forrada. Tengo 0,50€

    Y nada, que algún día me gustaría publicar una entrada sobre la comida china, porque cuando vine aquí uno de mis miedos era "¿Qué voy a comer?, ¿perros?, ¿bichos?, ¿serpientes?" y la verdad es que la comida no puede estar más buena. Eso sí, quizás cuando lleve tres meses comiendo lo mismo me cansa pero por ahora soy súper feliz. 

El homenaje que me di ayer en honor a mi resaca. Eso sí, el pan estaba un poco malo - llevaba cacahuetes, ¿por qué? :( -
     
    Y, por cierto, misterio resuelto: mi querida amiga Sofía y mi cuñada me han dicho que lo que me sabe a "jabón" no es más que jengibre. Así que no me estoy comiendo el lavaplatos de alguien, lo cual es un gran consuelo.

    Y, como siempre, ¡muchas gracias por leerme!



 

20 sept 2015

Majiang, festival y pizzas

¡Hola!

    No he podido escribir estos días atrás porque he estado súper liada y hasta hoy domingo no he podido sacar un huequito para mi blog.

    Resumiendo lo que he hecho estos últimos ocho días, el sábado pasado fuimos a un bar regentado por un chico de Nueva York y su mujer, que es china. Y allí me enamoré de un juego llamado majiang

    
    El juego va de que tienes 13 fichas y en cada turno vas robando una y descartando otra. Para ganar, tienes que formar cuatro trios o escaleras de tres fichas y una pareja (la última figura tienes que formarla con la última ficha que robas, ya que cuatro tríos y una pareja suman en realidad 14 fichas). Muy resumido, ese es el juego. Y me he vuelto adicta.

Estos símbolos representan del 4 al 9 en chino. Tomé esta foto para tenerla como chuletilla mientras juego

    No lo comenté en mis otras publicaciones por falta de espacio, pero el martes 15 se organizaba una "gala" en la universidad en plan inauguración oficial del curso. Además, este año están de decimo aniversario, así que fue en plan súper fiesta.

 
    Hice un montón de videos, pero el rollo es que no puedo subirlos aquí porque pesan mucho. He pensado en ponerlos en youtube para poder compartirlos con vosotros, pero ya otro día si eso :D

    Aquí sólo he podido subir este porque dura muy poquito. En él se ve una chica ensayando:
  


   Yo aluciné con el espectáculo. Hicieron varias actuaciones de bailes tradicionales y me gustó muchísimo. Además, fue lo típico que sabes que lo más seguro es que veas algo así sólo una vez en tu vida.

Grupo de chicas en el ensayo de la tarde
Esta chica me pilló haciéndole una foto pero no le dio tiempo a hacer el símbolo de la victoria

    Ese mismo día, por la mañana, varias personalidades de la provincia de Shandong vinieron a dar una charla y a decir lo estupenda que es nuestra facultad.

De esta guisa asistí a la charla, no me digais que no parezco una niña de 10 años que va de excursión. Por cierto, estaba súper alérgica, de ahí el careto que tengo xd

     Al mediodía me dijeron que almorzara con una de las conferenciantes, pues era una chica que había estado viviendo dos años en Madrid. Fue súper agradable conmigo y tuvimos una charla tela de interesante. A ver si saco hueco algún día y os cuento de qué hablamos como, por ejemplo, por qué las chinas no toman líquidos fríos.

 

    A la tarde, tuve ensayo porque ¡los profes extranjeros también bailábamos! Llámalo bailar, llámalo hacer el tonto en lo alto del escenario. La verdad, viendo el nivel que se gastaba el resto, nuestro baile fue un poco de teletubbies

Tinky winky...

Dipsy...

Lala...

    Una chica nos grabó en uno de los ensayos tres segundos - por lo visto, pensaba que llevaba más tiempo grabando y lo cortó -. Es lo más que puedo ofrecer por el momento, porque llevo cinco días esperando que alguien suba el video entero (yo salgo en el lado derecho, detrás de un chico de verde. Llevo una camiseta blanca y una rebeca azul).




      Sigo contando, que parece que esta entrada no termina. El jueves fui a sacarme la tarjeta del banco y estuve como tres horas, ¡viva la eficiencia china!

Fachada del banco

    Me acompañaron unos estudiantes chinos para ayudarme a sacármela y, mientras esperábamos, una de las chicas me enseñó esto:


    ¿A que mola?


Esa señora de rojo estuvo un buen rato mirándome de arriba a abajo (es lo que tiene ser extranjera en un pueblo de China), así que como venganza aquí la enseño yo

    Y poco más. Ir al supermercado sigue siendo todavía una aventura para mí y el otro día descubrí, escondido, este delicioso manjar:

Patas de gallo. Yummy!


     Ese día me pilló aventurera y me pedí una cosa "nueva" en el supermercado. Ellos lo llaman pancakes, pero que más quisiera yo que fuera eso. Es como una especie de crepe salado:

Pancake chino

    La historia es que tenía un ingrediente que me sabía a jabón. Creo que era una verdura, pero probé los diferentes ingredientes de forma aislada y no di con el que era. Otro día también me pedí unos tallarines con verduras y una de ellas me supo igual. Lo que ya no sé si es que tiene ese sabor o si es que me estoy comiendo el jabón con el que esta gente lava los cubiertos. Que puede ser. 

    También probé esta fruta que no sé como se llama y no está mal, aunque pensaba que iba a saber más rica:

De textura es parecida al kiwi

    Y este viernes nos fuimos a jugar a majiang cuatro profesores y un alumno chino de español. Jugamos cerca de tres horas y el pobre alumno no ganó ni una y estuvo todo el rato con la vergüenza de "soy chino y los extranjeros gana me a juego chino". Pobre hombre.

Era un bar donde teniamos una sala para nosotros solos. Estaba genial.

    Y para terminar el día, nos fuimos a cenar a un buffet italiano bastante escaso pero súper rico ^^

Las pizzas estaban súper buenas
 



     Y nada más, espero mañana poder publicar y contaros qué he hecho este finde ^^


¡Besitos!



14 sept 2015

Pasaje del terror

(Esta entrada la escribí el 11 de septiembre)

¡Hola!

    Esta mañana estuve en el pasaje del terror o, como lo llaman aquí, el médico para extranjeros.

    Por mi tipo de visado, necesito demostrarle a China que estoy muy sana. Ya me hice todas las pruebas pertinentes en España antes de venir pero como se ve que no se fían, tuve que repetirlas todas hoy.

    Mariasole ya me advirtió que el hospital era un poco dantesco; pero ha sido aún peor.

    El día ya prometía desde el principio. Fui esta mañana temprano al edificio de relaciones internacionales porque había quedado allí con Emma. Llovía muchísimo y, cuando salí de la oficina, no me di cuenta de que una señora estaba fregando el pasillo y me pegué un súper guarrazo de esos que marcan historia. Volé gracias al poder de mis bailarinas cuando entran en contacto con el agua. Caí sobre mi rodilla derecha - tengo como prueba un súper cardenal color azul-morado - y no sé cómo cayó mi pierna izquierda pero me hice bastante daño en la cadera. Pero bueno, sólo fue el prólogo de lo que me esperaba esa mañana. Y aprendí dos cosas: que aquí en Rizhao no ponen los típicos triangulitos de "suelo mojado" y que, antes de secar el suelo de la lluvia, hacen una piscina.

    Fuimos hasta el hospital en coche porque está como en la otra punta de Rizhao. Emma pagó por mis pruebas 350RMB - unos 50€ - y, aviso a los más sensiblones, puede que no os agrade lo que vais a leer más adelante, así que yo os aconsejaría que os saltarais esta parte del texto hasta llegar a "Ayer fui de excursión al supermercado".

    Sigo para los más valientes. Pasé a la primera sala donde una señora - supongo que era enfermera - me esperaba para sacarme sangre. La señora me pidió que alargara el brazo y sacó una especie de goma - que se ve que usaba con todos los pacientes - y me la ató bastante fuerte alrededor del antebrazo. De pronto, me pegó en la parte interna del codo pero con toda la mano abierta. No es que juntara sus dedos índice y su corazón y me diera un golpecito, no. Me dio una señora torta con su mano y se puso con su dedo a buscarme la vena. Luego, abrió un paquetito del que sacó la aguja y la enganchó a un tubito. Nada de jeringuillas. Me clavó esa aguja unida a un tubito de plástico y movió el tubo para que saliera la sangre. Esto último no lo vi, pero lo intuí porque sentía la aguja moviéndose. Me dolió muchísimo y cuando se lo dije a Emma me llamó exagerada (fue un momento de incomprensión doloroso en mi vida). Por fin la señora sacó la aguja de mi brazo cual puñal y con un bastoncito de la oreja cogió un poco de sangre y lo puso en una especie de cristalito en el que más tarde supongo yo que analizarían mi sangre. Cogió el tubo - que contenía mi sangre - y lo depositó en una caja encima de la mesa con tubos y sangre de más personas. Muy higiénico. Y, atención, a mí me dio otro bastoncito y me lo puso en el brazo para "taponar" mi heridita. Algodón a la europea, para qué te quiero. Antes de salir de ahí, me dieron ganas de decirle "señora, que usted va a ver si tengo sida y me parece que al final el sida lo pillo yo aquí hoy".

    Nada más salir de la sala, Emma me dio un tubito y me dijo "tienes que hacer pis". Y yo, "¿pero ahora?". "Sí, ven". Y me llevó a la puerta del hospital y me señaló un baño público que estaba fuera. Con mi brazo encogidillo - porque si no lo tengo un rato doblado después de sacarme sangre me sale un súper moratón - me puse el chubasquero de mala manera y salí hacia fuera. Tal y como me avisó Mariasole, el baño estaba sucísimo. Y tal como también me avisó, es imposible mear en ese tubo sin mancharse. Imaginaros, era como una especie de probeta muy fina. Para un hombre sería bastante difícil hacer pis ahí, pero para una mujer es imposible. No voy a entrar en detalles, pero lógicamente manché todo lo que se podía manchar. Y, para colmo, el tubito lo dan sin tapón. O sea, que me vi con un brazo encogido, con la otra mano cogiendo el tubo y me pregunté "¿ahora cómo me subo el pantalón?". Sí, así de lamentable como os estáis imaginando fue la situación jajaja. Tuve que coger el tubo con la mano del brazo encogido y con la mano que me quedó libre subirme todo y abrocharme el pantalón. Lo mejor - ironía - es que como fuera estaba lloviendo, tuve que llevar el tubito tapado con mi chubasquero para que no le cayera agua de camino al hospital. Y, claro, tenía que andar con cuidado no fuera que el chubasquero también se manchara. Llegué al hospital mojada, manchada y estresada, y Emma me pidió que depositara el tubo en un mueble con tubos de más gente.
 
Aquí podéis ver el invento

    Dejé mi prueba ahí, junto a la del resto de personas, y tuve que pasar a otra sala.

    Esta vez era la oculista. Le preguntó a Emma si yo llevaba gafas y como Emma le dijo que no, la oculista dijo que no hacía falta que me hiciera la prueba y me dijo que me fuera. Ante todo, eficiencia.

    Me quedé un poco así, pero tampoco tuve tiempo de pensar mucho porque entré en otra sala. Esta vez, otra médica tenía que hacerme una ecografía. Supongo que, al hacérmelo en los laterales de la cintura, quería verme los riñones. Mira que la doctora medía metro y medio y era súper canija, pero un poco más y me parte una costilla. Qué tía más basta y qué fuerza tenía. Desde luego que lo que fuera que me quería ver, me lo vio bien.

    Después pasé a otra sala donde me midieron la tensión. Me hizo gracia porque Emma me dijo "uy, la tienes un poco alta", que era para decirle "¿no la voy a tener alta, copón, con el estrés que me tenéis aquí?". Porque todas estas pruebas que os estoy contando era terminar de un sitio y meterme en otro.

    Luego me hicieron pasar a la sala de rayos X. Le dije a la técnica si era necesario quitarme el sujetador y el piercing pero me dijo que no, así que en la radiografía podrán ver dos anillas metálicas debajo de mis tetas y que llevo un pendiente en el ombligo. This is China. Además, el aparato estaba "a la altura china", lo que quiere decir que me quedaba unos 20 cm más abajo de donde me debería quedar. Tuve un lapsus y pensé que estaba en Europa, así que le pedí a Emma que le dijera a la chica que subiera la pantalla; pero ella me dijo que no, que me tenía que agachar. Así que a los aros metálicos y al piercing, hay que sumarle una espalda jorobada que ya quisiera Quasimodo. Me encantaría ver cómo ha quedado esa radiografía torácica.

    Por último, me hicieron el electrocardiograma. En España ya me dijeron al hacerme esta prueba que tengo bradicardia, que no es otra cosa que el corazón me late un poco más lento de la cuenta - menos de 60 pulsaciones por minuto -. Yo pensaba que con el meneo  que me estaban dando saldría bien la prueba, pero no, me salieron 52bpm - aún menos que en España, donde tuve 57 - así que no sé si me dirán algo por eso.

    Y nada, por fin se terminó el recorrido y me dieron un bollito, pan y leche para comer. Eso sí, he llegado a mi casa que parecía que un camión me había atropellado. Menos mal que hoy no tuve clases y pude descansar un poco.
 
Sólo pude tomar dos fotos del hospital: la de la orina y esta. Es un pasillo del hospital en obras lleno de polvo y trastos al fondo

    Y ayer estuve de excursión en un supermercado. Se llama RT. Mart, pilla un poco lejos de la universidad, pero puedes encontrar casi de todo allí.

    Por ejemplo, gambas vivas:




  
    Fuimos en bicicleta eléctrica hasta allí. Y como yo, aparte de tener un problema con los palillos, tengo un problema con la bicicleta - no sé montar, básicamente -, pues fui de paquete.


¡Oreos de muchos sabores!

    Fue un poco decepcionante porque los precios son muy parecidos a los europeos. Hay cosas más baratas como la fruta o el marisco pero luego hay cosas súper caras como la comida "exportada".


Típica foto cateta de "uy mira, comida española. Qué alegría" cuando ni siquiera como pastas Gallo cuando estoy en España
  
    Por si os interesa, también venden ranas resignadas de 5 kilos:

Esta rana tiene la mirada perdida porque ha aceptado su destino
  
     Antes de ir a RT. Mart, pasamos por un mercado un poco polvoriento en el que venden comida tan ecológica como larvas:

Las larvas de la derecha también incluyen las moscas que están por encima. CHOLLO.
    
    Bromas aparte, como lugar para coger la solitaria está bien. Que no....


  
   Este mercado lo ponen cada 5 días. Pero como son 5 días según el calendario lunar - y yo todavía no lo entiendo -, pues no me ha quedado muy claro qué días lo ponen.




    En otra entrada me tengo que acordar de contaros cómo actúan los chinos cuando nos ven. En la mayoría de los casos, somos los primeros extranjeros que ven en su vida.
 
La señora sentada me posó y todo

    Después de RT. Mart dijimos de ir a la playa. Me monté en la bici con Leo pero una de las ruedas se pinchó y acabamos en un taller.

Justo pillé a uno de los chinos diciéndole a Leo que soy demasiado alta para ir con él ¬¬

    Así que mientras el señor se dedicaba a echarme la culpa, me hice amiguita de unas niñas que rondaban por ahí ^^:
 


    Una vez arreglada la bici, fuimos hacia la playa. Os dejo con las fotos que hice y no cuento mucho más, que me está saliendo un post enorme
 
El coche de juguete de la policía impone mucho


El paseo marítimo es igual de grande que el de La Carihuela
Barquito ^^
¡Playita! El agua estaba súper caliente


 
    ¡Mañana más y mejor!