21 ago 2016

Viaje a Xuzhou (parte II)

¡Hola!

    Sigo con la segunda parte de mi viaje a Xuzhou (podéis leer la primera parte aquí).

    A la mañana siguiente, fui al campus de la Universidad de Xuzhou (Jiangsu Normal University es su nombre en inglés).


Fachada principal de una de las entradas de la universidad

    La universidad tenía un campus ENORME. Y no exagero. Hasta tenía varios autobuses internos gratuitos para facilitar que los alumnos fueran de una parte a otra.


El campus tenía hasta este súper río que la cruzaba
    Estuvimos dando un paseo por el campus para que yo lo conociera y, en teoría, también iba a asistir a una clase de español para ver qué enseñaban a los alumnos y tal. La sorpresa fue que al final me pidieron que dieran yo la clase - así son los chinos, improvisaciones en todo momento -. 


Alumnos pasean por el campus. Sí, hizo un día de mierda fatal y me pilló lluvia ¬¬

    Como las alumnas me dijeron que mi acento era "raro" - sus profes nativas eran de Argentina y de Galicia - me saqué de la manga las características del dialecto andaluz y ya me vine arriba y les hablé de las diferentes regiones de España y sus lenguas. Como al que podía ser mi futuro jefe - que estaba ahí - le encantó mi clase, al final salí feliz :D.


Tiendas dentro del campus
    
    Después nos fuimos a comer y, por suerte, me gustó todo lo que había en la mesa:


¿Recordáis que os hablé del gong bao ji ding? Es el plato que está al lado del arroz ^^ 

    Cuando terminamos, el chico que me propuso el trabajo me dijo que tenía una reunión y que unas estudiantes se encargarían de pasar conmigo la tarde y enseñarme Xuzhou. Me sentí un poco carga, pero como las chicas estaban encantadas de estar con una extranjera y practicar su español, se me pasó rápido.

     Me llevaron a una zona conocida como "La colina de la tortuga" (龟山, guishan). En ella, se encuentra "La tumba de los Han" - una de las dinastías chinas - en la que está enterrado un rey y su mujer, que murieron poco antes del año 100 a. C. No estoy segura de si era un príncipe o un rey, ya que se usan ambos nombres por igual tanto en el monumento como en internet :/.


Entrada a la tumba de los Han

    Las tumbas se encuentran en una especie de casa-cueva que está bajo tierra y a la que se accede bajando varias rampas. Una vez dentro, accedes a ellas a través de pasillos que miden 1.78 cm y lo cual es un poco problemático si mides 1.83 ¬¬.


Mi cabezón justo enfrente de la entrada de uno de esos pasillos "para enanos" :P
    Dentro de la cueva había cosas muy chulas pero que cagaban mucho. Por ejemplo, donde se encontraba la tumba del rey, se podía ver perfectamente una sombra en el lado izquierdo (lo podéis ver en la siguiente foto). Según explicaba un panel que había allí, el día que se decidió abrir esa tumba, una sombra alargada, con forma humana, se fue dibujando lentamente en la pared. Esta sombra parece que llevara el traje de la dinastía Han - con su gorrito y cinturón y todo - y que estuviera reclinada como si fuera a saludar. Es por ello que le llaman "el príncipe dando la bienvenida a los visitantes".


Ahí tenéis la sombra. Juzgad vosotros :/

    Este príncipe (o rey) se llamaba Liu Zhu y en su lápida hizo grabar las siguientes palabras: Aunque yo soy el rey del Estado de Chu, juro que no hay prendas de lujo o valiosos artículos de oro y jade dentro de mi tumba. Enterrados en la tumba no hay nada excepto mi ataúd y mi cuerpo. Después de que hayas leído esto, sentirás pena y compasión y no cavarás en mi tumba.
Lápida con la inscripción en chino que he traducido (del inglés)

    Dentro de la casa se pueden ver las diferentes habitaciones como la cocina, los dormitorios, las caballerizas, etc. La verdad que es un poco claustrofóbico y una de las estudiantes lo pasó verdaderamente mal porque le da miedo la oscuridad.


No sé si este carro es una réplica de uno más grande o si es el original donde imagino que llevarían víveres

    Después de ver las tumbas nos dirigimos a un jardín que estaba justo al lado.
Me hice amiga de esta tortuga, aunque la pobre no tenía muy buena cara
    Una de las estudiantes me lo tradujo como "El jardín de las piedras especiales". Desconozco su nombre en chino o en inglés, así que lo daremos por válido (ya que en internet tampoco encuentro nada).


Interior del jardín
Mini grupo de turistas chinos
    Según me contó, un granjero se encontró enterradas en su terreno varias piedras muy antiguas. 


Piedras de la colección y servidora con una cabra que se supone que es una de las figuras más valiosas del jardín - me "obligaron" a ponerme al lado y creo que es nota xd -
    Pensando que no tenían ningún valor, las malvendió a un empresario que pasaba por ahí y que se encargó de limpiarlas y juntarlas en este jardín.


    
    
    Por lo visto, el empresario se hizo millonario. Supongo yo que el granjero cuando se enteró se daría cabezazos contra la pared todos los días (si es que esta historia pasó alguna vez).


Más estatuas
    En mitad del paseo por el jardín empezó a lllover lo más grande y nos cobijamos en otro edificio que estaba cerca y que era una especie de museo.


Llevaba bailarinas y no veas cómos se me puso los pies V_V

    Dentro de ese edificio había una zona por si te querías disfrazar de emperatriz o emperador por poco menos de 2€ así que aproveché para hacer la gracia del día:



    Dos de las estudiantes no quisieron perderse la oportunidad de fotografiarse con la guiri y se hicieron unas 2.500 fotos conmigo:


Teniendo mi momento de gloria

    El museo parecía interesante. El problema es que todo estaba sólo en chino y las estudiantes no tenían el nivel suficiente para traducirme.

    Aún así, hubo una parte que me dejó impactada. Yo conocía la historia de los "pies de loto" y sabía que solían medir menos de diez centímetros. Pero no es lo mismo saberlo que tener delante varios pares de zapatitos que usaban estas mujeres. Me quedé sin palabras. En la siguiente foto podéis verlo. Como estaban dentro de una vitrina, puse mi mano lo más cerca que pude para que os hagáis una idea de lo pequeñísimo que son.
Zapatitos y fotografías de mujeres con pies de loto

    Cuando terminamos la visita al museo, el chico que estaba en la reunión dijo a una de las alumnas que no podía quedar conmigo por la noche, así que aproveché para decirles que no importaba porque me iba al hotel. La verdad es que estaba súper cansada y con la que estaba cayendo tenía agua hasta las rodillas.


Xuzhou de noche

    Más tarde, salí a pasear sola por la ciudad y a pensar si debería aceptar el trabajo en Xuzhou o no. Me encantaría enrollarme y deciros todos los pros y los contras, pero ya llevo bastante escrito y no quisiera cansaros, así que os resumo y os digo que acabé diciendo que no. 

    Por cierto, ¿¿queréis saber cómo es un Carrefour chino?? Pues una locura, ¡como China en general! ^^


    
    Os dejo ya. Muchísimas gracias por leerme :D
                                                           



14 ago 2016

Viaje a Xuzhou (parte I)

¡Hola!

    En mayo, me fui un fin de semana a Xuzhou, una ciudad de China situada en la provincia de Jiangsu - la capital de esta provincia es Nankín, que quizás os suene -. Me habían ofrecido trabajo como profesora de español en esta ciudad, y quería visitarla  y conocer la universidad antes de tomar una decisión.

    A decir verdad, a priori yo me inclinaba más por decir que no, porque el sueldo era sólo un poco más alto del que tengo ahora y porque me gusta mucho mi vida en Rizhao. Eso sí, de aceptar el trabajo, daría clases en una  universidad pública, lo cual era subir un escalón a nivel curricular, teniendo en cuenta que ahora mismo trabajo en una escuela privada.

    Para ese entonces, yo no sabía qué quería para mi futuro - y sigo sin saberlo a día de hoy, la verdad -. Si quería dedicarme a la enseñanza de español, estaba claro que tenía que aceptar el trabajo en la universidad. Pero como no estaba segura, pensé que lo mejor era quedarme donde mejor me sintiera. Sabía casi con certeza que quería quedarme en Shanwai, por lo que Xuzhou tenía que ofrecerme mucho para aceptarla como nuevo hogar. Pero quise darle una oportunidad. Y así fue como me metí cinco horas de autobús desde Rizhao hasta Xuzhou.


Estación de autobús de Xuzhou

    Xuzhou es una ciudad en la que viven casi diez millones de personas y que, por su localización, está muy bien conectada con las principales urbes chinas. Sin embargo, como otras ciudades chinas que he visto, da la impresión de estar aún a medio construir. El centro de la ciudad está prácticamente levantado - debido a su primera línea de metro, que abrirá el próximo año - y edificios inacabados asoman entre las enormes grúas.


Obras del metro, a la izquierda, y edificios a medio hacer, a la derecha

    Llegué a Xuzhou sobre las seis y media. Como era la hora de la cena, el chico que me había ofrecido el trabajo me esperaba ya en un restaurante. Me tuve que pelear al menos con tres taxistas chinos hasta que uno aceptó ponerme el taxímetro y llegué al restaurante pasadas las siete.

    Allí me esperaba mi anfitrión, tres alumnas de español y una chica gallega, que era la profe que dejaba la vacante libre.




    Me sentí como una cateta en esa cena. Me recordó mucho a la primera vez que salí a comer con chinos. Sólo que esta vez yo ya llevaba ocho meses en China.

    Para empezar, la comida que había en la mesa era súper china. Conocía los platos por haberlos visto en varias cartas de restaurantes y no haberlos pedido nunca a conciencia, por no ser de los más apetitosos.

    Nada más sentarme, incumplí la mayor de las reglas no escritas a la hora de comer con chinos: contesté "no me gusta, gracias" cuando mi anfitrión quiso ponerme una especie de langostino en mi plato. Se hizo un silencio en la mesa en el que todos miraban a la maleducada que acababa de negarse a probar la comida a la que la estaban invitando. Y no es una exageración. 

    "Lo siento, no me gusta el marisco" me excusé, aunque el daño ya estaba hecho. "Entonces, coge uno de estos. Esto sí te gusta, ¿no?" y me señaló, OJO, un plato lleno de salsa hasta arriba en el que sobresalían unas 12 patas de pollo. ¡¡Argh!! ¿Qué iba a decir? ¿"No, gracias, eso tampoco me gusta"?. Pues no, ahí como una campeona que me puse la pata de pollo en mi plato. Mi idea era dejarla ahí tranquila hasta que escuché un "¿No la pruebas?" a lo que tuve que contestar "Je-je, sí, claro, mecagoentunación ^^" y mordí un trocito de la pata, donde parecía haber más carne. "También puedes comerte los dedos", me dijo una estudiante mientras me señalaba dos muñones de la pata que ella estaba comiendo. "Madre mía, cómo he llegado a este punto", me decía, mientras cerraba los ojos e intentaba comerme esa pata y que pareciera que me estaba gustando. 

    De pronto, para mejorar la situación, pasó algo MUY ASQUEROSO. Mordí la pata por la zona que parece la muñeca y una especie de tendón-o-algo-así salió hacia fuera estilo catapulta. Fue muy agradable.


Las zonas claras de la pata son donde mordí (¿veis el maldito tendón?) Y sí, hice el truco de poner la servilleta encima del plato para hacer como que había comido jajaja - la aparté para la foto -

    El problema es que en esa mesa no había nada que me gustara especialmente para comer. Y me sentí mal. Me sentí mal porque estaba quedando fatal y porque el resto de comensales estaban juzgándome como la típica extranjera que llega a China y no hace por adaptarse a sus costumbres. "Vamos a ver - me daban ganas de decirles - llevo ocho meses viviendo en una ciudad china que ni los propios chinos conocéis de lo "pequeña" que es (Rizhao tiene tres millones de habitantes, no lo olvidéis); donde apenas hay foráneos, donde casi nadie habla inglés y como "restaurantes" extranjeros sólo hay un McDonald's (a casi una hora en bus de donde vivo) y tres KFC - que yo conozca -. Bebo agua caliente hasta en mi casa - aunque mi novio se meta conmigo -, tomo la Coca-Cola del tiempo, como pan dulce y acepto ese agua con aroma a café que me ponéis cuando pido un "Yidali kafei" (café italiano). No me miréis cómo si viviera en un gueto extranjero cuando soy la primera que escucha "gong bao ji ding" y lloro de la emoción" (es un plato de pollo con cacahuetes que está buenísimo).


    Pero la peor parte vino cuando la chica gallega empezó a hablar en un chino casi perfecto y repararon en que mi chino no le llegaba ni a la suela del zapato.

    - ¿No hablas chino? - me dijeron.
    - No, sólo un poco.
    - ¿Pero desde cuándo estudias chino?
    - Desde noviembre.
    - ¿Y aún no hablas chino? - con énfasis en ese aún, como si yo fuera la persona más torpe del mundo.

    "¡¿HOLA?!" me dieron ganas de decir. "¡¿Sabéis lo súper difícil que es vuestro idioma?!" Pero sólo contesté un:

    - Bueno, es que yo llegué a China sin saber nada¿eh? Que yo empecé desde "nIiI hAaAo" (hola, pero pronunciado de forma exagerada).
     - Ella también vino en septiembre y mira qué bien habla ahora - me dijeron, en referencia a la chica gallega. Después me enteré de que la española ya llegó a China con un B1, pero bueno, quedé como la floja que tampoco se molestaba en aprender el idioma del país en el que vive.

    Siento haberos soltado todo este rollo, pero me sentí muy frustrada en la cena :( y tenía que contarlo para que al menos uno de vosotros me diga "no te sientas mal, Pili, que es normal que no sepas chino bien y que no te guste el marisco y las patas de pollo".

    En realidad, la cena estuvo bien, pero me quedé un poco con la sensación de haber dado una imagen de mierda. Sobre todo, si me comparáis con la otra española, que hablaba chino que daba alegría oírla y se comió, al menos, seis langostinos y dos patas de pollo sin pestañear. Ella era la viva imagen de la asimilación cultural bien llevada y yo era un despojo de la sociedad. No fue tanto. Pero casi.

    Y nada, la cena terminó y quedamos que para el día siguiente me enseñarían la universidad y lo que diera tiempo de la ciudad. Eso os lo contaré en la siguiente publicación, que luego os quejáis de que escribo mucho (sois unos flojones, ¿eh? jajaja).

    ¡Un beso enorme y gracias por leerme! ^^