¡Hola!
Hoy voy a hablaros del viaje que hicimos a Qingdao los cuatro españoles a principios de mayo, con motivo del puente del día del trabajador. Como lo planeamos con muy poco tiempo de antelación y sólo teníamos un par de días libres, decidimos ir a esta ciudad, ya que está a dos horas de Rizhao.
Yo ya había ido a Qingdao en noviembre, en un viaje gratuito que organizó mi universidad - y que no os conté por falta de tiempo -.
En aquella ocasión, sólo estuve un par de horas en Qingdao, ya que íbamos y volvíamos el mismo día. Vaya, que puedo decir que apenas vi nada de la ciudad. Qingdao es una ciudad enorme - y sin metro, por aquel entonces - por lo que no pudimos alejarnos mucho de donde nos dejó el minibus.
En esta ocasión, salimos temprano - para que nos cundiera el día - y nuestra idea era volver en el último bus del día siguiente para estar el máximo de tiempo posible allí.
Reservamos la habitación en un hotel que, como veréis en la siguiente foto, estaba muy cerca de la estación de tren:
Lo primero que hicimos fue dirigirnos en dirección a la playa. Allí, comimos en un Mc Donald's y varias personas nos hicieron fotos con el disimulo chino tan característico:
Ese día perdimos la cuenta de las fotos que nos pudieron hacer. Creo que ya lo he comentado antes, pero en China es muy poco común encontrarse con extranjeros, lo que provoca que te hagan fotografías allá por donde vas.
Al principio te choca, a veces te sube la autoestima y te hace sentir especial pero, otras, la verdad es que cansa. Sobre todo porque suelen hacerte más de una, la mayoría de veces en tu propia cara (hasta escuchas el sonido de la cámara), y si estás teniendo un mal día, no suele hacer mucha gracia. Es como vivir la experiencia de una actriz famosa, pero siendo pobre.
Ese día la verdad es que nos tocaron un poco la moral y al final acabamos nosotras haciendo fotos a los chinos que nos fotografiaban.
Aunque algunos, lejos de ofenderse, se lo tomaron la mar de bien:
La playa de Qingdao estaba a reventar de gente, aunque nadie llevaba bañador.
Os pongo fotos para que veáis lo súper poblada que puede estar una ciudad china. Ni Torremolinos en verano, que ya es decir.
En esta zona estaba, como podéis ver en la foto anterior, un camino que se mete en el mar y termina en un edificio llamado Zhan Qiao.
La verdad es que fue un poco decepción porque dentro lo que había era cinco fotos y media sobre la historia de Qingdao, pero la forma en la que está expuesta es muy poco interesante.
Después nos dirigimos hacia la parte alemana, ya que Qingdao fue colonia de este país durante 15 años (desde 1899 a 1914), y aún conserva parte de los edificios que se construyeron en esa época.
En esa zona mi móvil se quedó sin batería, así que sólo os puedo enseñar una foto de la catedral de San Miguel :(
Desde aquí, empezamos a callejear y nos metimos en un barrio "súper chino". No sé a quién le conté esto en su momento y le hizo gracia (en plan "¡pero si estás en China! ¡Todo es súper chino!"), pero yo me refiero a que eran callecillas estrechas, viejas, con negocios pequeños y gente que camina tranquila. Muy auténtico y, por ende, "muy chino".
En este barrio, no había nada "moderno" por ningún lado; la carne estaba expuesta fuera de las tiendas y los animales se mataban a los ojos de todos.
De hecho, - animalistas saltaros este párrafo -, observamos cómo metían a un gallo vivo en una olla a presión con agua hirviendo, escuchamos los golpes del animal por intentar salir de ahí y vimos como salía sin vida y lo desplumaban con la habilidad de alguien que lleva años dedicándose a eso. Después, el dueño del negocio sacó uno de esos cuchillos grandes que parecen una mini hacha y ya aparté la vista porque era demasiado. Aunque una de las Marías me dijo que era gracioso que había sido capaz de ver cómo mataban al pollo y justo cuando iba a hacer lo mismo que hace el carnicero de tu barrio no pude soportarlo jaja.
En ese barrio, algunas personas nos pararon y nos hicieron las preguntas de rigor (¿de dónde sois?, ¿qué hacéis en China?), hasta que llega ese punto en el que el pésimo nivel de chino que tienes te impide entender y/o expresarte.
La verdad es que siempre me da mucho coraje el no poder comunicarme con una persona, pero el chino es un idioma imposible >_<. Antes de volver a España, tuve una época en el que odié al chino y sus tonos, y en la que me embajoné pensando que jamás aprenderé este idioma. Se supone que son épocas y ahora creo que me estoy volviendo a reconciliar, pero esta lengua es demasiado difícil. Y me quejaba yo del ruso V_V.
Pero, en fin, al día siguiente fuimos a la fábrica de cerveza de Qingdao.
En Qingdao se fabrica la cerveza más famosa de china - llamada Tsingtao -. Fueron los alemanes quienes construyeron esta fábrica en 1903, hoy convertida en museo.
Dentro del museo, hay una parte dedicada a la historia de la cerveza. En otra zona, puede verse cómo es una cervecería por dentro, con diferentes habitaciones en las que se explica los procesos por los que pasa la cerveza. También hay una zona donde puedes tocar - y oler - cebada, que mola mucho.
Por último, hay una zona más didáctica, donde está "la casa del borracho", una habitación con el suelo en diagonal y que pretende hacerte sentir como si estuvieras ebrio.
En el precio de la entrada te incluyen un vaso de Tsingtao, para que no te vayas de allí sin probar la cerveza :D
Al salir del museo, nos pasaron dos anécdotas. La primera es que conocimos a un chino... ¡que hablaba catalán! :/ Trabajaba en Gerona desde hacía bastante tiempo y, aunque nos entendía perfectamente, nos respondía en catañol. Me pareció súper gracioso ver a un chino en mitad de Qingdao contestar un "¡molt bé!" con un acento catalán que ni Carod-Rovira.
Y, por otro lado, queríamos ir a comer a un restaurante que estaba a una media hora de donde nos encontrábamos y ningún taxista nos quería llevar. Todos nos decían que por qué íbamos tan lejos, que ellos conocían un sitio más cercano que también estaba bien. Estos chinos... (Así conocimos al chino catalán, porque nos vio desesperados intentando subir a un taxi).
Al final, tuvimos que coger dos taxis: uno que nos dejara a mitad de camino y otro para por fin llegar a donde queríamos.
Después de comer, estuvimos dando un paseo por el mar para despedirnos de la ciudad.
Es una pena la contaminación que hay en China, porque las vistas serían muy bonitas si no fuera por esa capa de suciedad que cubre los edificios.
Cuando quisimos volver, casi nos quedamos en tierra porque de nuevo ningún taxista quería llevarnos a la estación de autobús porque estaba "muy lejos". La suerte quiso que topáramos con un chico de Córdoba que vive en Qingdao con su novia china y fue ella la que empezó a llamar a taxis casi suplicando que nos recogieran. No perdimos el bus a Rizhao de milagro.
Y paro ya por hoy, que me ha vuelto a salir una entrada larga. ¡Espero no haberos aburrido! :D
Os escribo pronto. ¡Besitos! ^^
Estas eran las vistas desde la habitación xD |
Lo primero que hicimos fue dirigirnos en dirección a la playa. Allí, comimos en un Mc Donald's y varias personas nos hicieron fotos con el disimulo chino tan característico:
Señor chino feliz por hacerle fotos a Maria R.(Ojo a ese niño tieso xD) |
Ese día perdimos la cuenta de las fotos que nos pudieron hacer. Creo que ya lo he comentado antes, pero en China es muy poco común encontrarse con extranjeros, lo que provoca que te hagan fotografías allá por donde vas.
Estas chicas preguntaron a Maria M. si les importaba hacerse un selfie con ellas |
Al principio te choca, a veces te sube la autoestima y te hace sentir especial pero, otras, la verdad es que cansa. Sobre todo porque suelen hacerte más de una, la mayoría de veces en tu propia cara (hasta escuchas el sonido de la cámara), y si estás teniendo un mal día, no suele hacer mucha gracia. Es como vivir la experiencia de una actriz famosa, pero siendo pobre.
Este señor nos hizo un barrido con su móvil |
Ese día la verdad es que nos tocaron un poco la moral y al final acabamos nosotras haciendo fotos a los chinos que nos fotografiaban.
Maria R. haciendo fotos con la misma sutileza con las que nos hacían fotos a nosotras |
Aunque algunos, lejos de ofenderse, se lo tomaron la mar de bien:
La playa de Qingdao estaba a reventar de gente, aunque nadie llevaba bañador.
Os pongo fotos para que veáis lo súper poblada que puede estar una ciudad china. Ni Torremolinos en verano, que ya es decir.
En esta zona estaba, como podéis ver en la foto anterior, un camino que se mete en el mar y termina en un edificio llamado Zhan Qiao.
La verdad es que fue un poco decepción porque dentro lo que había era cinco fotos y media sobre la historia de Qingdao, pero la forma en la que está expuesta es muy poco interesante.
Paseo marítimo de Qingdao |
Después nos dirigimos hacia la parte alemana, ya que Qingdao fue colonia de este país durante 15 años (desde 1899 a 1914), y aún conserva parte de los edificios que se construyeron en esa época.
En el camino nos compramos esta diadema de flores que vimos que llevaban algunas chicas |
En esa zona mi móvil se quedó sin batería, así que sólo os puedo enseñar una foto de la catedral de San Miguel :(
Desde aquí, empezamos a callejear y nos metimos en un barrio "súper chino". No sé a quién le conté esto en su momento y le hizo gracia (en plan "¡pero si estás en China! ¡Todo es súper chino!"), pero yo me refiero a que eran callecillas estrechas, viejas, con negocios pequeños y gente que camina tranquila. Muy auténtico y, por ende, "muy chino".
Típica foto para quedar de guay en Instagram ("#alfresco", "#haciendoamigas", "#tertuliachina"), pero sólo les estaba preguntando si les importaba que me hiciera una foto con ellas. |
En este barrio, no había nada "moderno" por ningún lado; la carne estaba expuesta fuera de las tiendas y los animales se mataban a los ojos de todos.
De hecho, - animalistas saltaros este párrafo -, observamos cómo metían a un gallo vivo en una olla a presión con agua hirviendo, escuchamos los golpes del animal por intentar salir de ahí y vimos como salía sin vida y lo desplumaban con la habilidad de alguien que lleva años dedicándose a eso. Después, el dueño del negocio sacó uno de esos cuchillos grandes que parecen una mini hacha y ya aparté la vista porque era demasiado. Aunque una de las Marías me dijo que era gracioso que había sido capaz de ver cómo mataban al pollo y justo cuando iba a hacer lo mismo que hace el carnicero de tu barrio no pude soportarlo jaja.
Con unos chinos muy simpáticos ^^ |
En ese barrio, algunas personas nos pararon y nos hicieron las preguntas de rigor (¿de dónde sois?, ¿qué hacéis en China?), hasta que llega ese punto en el que el pésimo nivel de chino que tienes te impide entender y/o expresarte.
La verdad es que siempre me da mucho coraje el no poder comunicarme con una persona, pero el chino es un idioma imposible >_<. Antes de volver a España, tuve una época en el que odié al chino y sus tonos, y en la que me embajoné pensando que jamás aprenderé este idioma. Se supone que son épocas y ahora creo que me estoy volviendo a reconciliar, pero esta lengua es demasiado difícil. Y me quejaba yo del ruso V_V.
Señora china con un look muy discreto |
Pero, en fin, al día siguiente fuimos a la fábrica de cerveza de Qingdao.
En Qingdao se fabrica la cerveza más famosa de china - llamada Tsingtao -. Fueron los alemanes quienes construyeron esta fábrica en 1903, hoy convertida en museo.
Dentro del museo, hay una parte dedicada a la historia de la cerveza. En otra zona, puede verse cómo es una cervecería por dentro, con diferentes habitaciones en las que se explica los procesos por los que pasa la cerveza. También hay una zona donde puedes tocar - y oler - cebada, que mola mucho.
Tubos que no recuerdo para qué sirven :$ |
Por último, hay una zona más didáctica, donde está "la casa del borracho", una habitación con el suelo en diagonal y que pretende hacerte sentir como si estuvieras ebrio.
En el precio de la entrada te incluyen un vaso de Tsingtao, para que no te vayas de allí sin probar la cerveza :D
Varias fotos de nuestra visita al museo |
Al salir del museo, nos pasaron dos anécdotas. La primera es que conocimos a un chino... ¡que hablaba catalán! :/ Trabajaba en Gerona desde hacía bastante tiempo y, aunque nos entendía perfectamente, nos respondía en catañol. Me pareció súper gracioso ver a un chino en mitad de Qingdao contestar un "¡molt bé!" con un acento catalán que ni Carod-Rovira.
Y, por otro lado, queríamos ir a comer a un restaurante que estaba a una media hora de donde nos encontrábamos y ningún taxista nos quería llevar. Todos nos decían que por qué íbamos tan lejos, que ellos conocían un sitio más cercano que también estaba bien. Estos chinos... (Así conocimos al chino catalán, porque nos vio desesperados intentando subir a un taxi).
Vistas desde el puerto deportivo |
Después de comer, estuvimos dando un paseo por el mar para despedirnos de la ciudad.
Una pareja es fotografiada en un yate |
Cuando quisimos volver, casi nos quedamos en tierra porque de nuevo ningún taxista quería llevarnos a la estación de autobús porque estaba "muy lejos". La suerte quiso que topáramos con un chico de Córdoba que vive en Qingdao con su novia china y fue ella la que empezó a llamar a taxis casi suplicando que nos recogieran. No perdimos el bus a Rizhao de milagro.
Y paro ya por hoy, que me ha vuelto a salir una entrada larga. ¡Espero no haberos aburrido! :D
Esta es mi foto favorita del viaje ^^ |
Os escribo pronto. ¡Besitos! ^^
Cómo siempre, me encantan tus historias!! Besos.
ResponderEliminar¡gracias Pepa! ^^
EliminarAy, ha habido varias cosas muy graciosas en la entrada esta... A ver si me acuerdo de alguna. Me encantado lo del chino que hablaba catañol, pero, sobre todo, que tu referencia de persona catalana fuera... ¡¡¡CAROD ROVIRA!!! Pero si este señor ya no forma parte de la actualidad desde hace milenios, jajajaja.
ResponderEliminarY... nada, ¡ánimo con el chino! No quiero imaginarme lo difícil que tiene que ser...
A ver si aprovechas el Internet sin fin de España para contarnos un montón de cosas (si es que tienes ganas, claro).
Muchos besos,
Paula
También me ha encantado lo de la habitación del borracho del museo (alemán tenía que ser el museo de la cerveza, por cierto). Como si emborracharse fuese algo súper inalcanzable que no vas a experimentar en la vida, jaja. Estos chinos...
Por cierto, el párrafo del museo va justo después de lo del chino catalán, que no sé por qué se ha publicado desordenado.
EliminarJoe, Paula, me has hecho sentir súper vieja con lo que me has dicho de Carod Rovira ajajajaj es que no se me ocurría otro catalán que hablara con tanto acento como este señor :$
EliminarMi idea es publicar más, sí, porque el internet de España es una alegría. Pero a ver... porque se me están pasando los días sin que me de cuenta y al final tampoco estoy escribiendo tanto :/
¡Gracias, como siempre, por tu comentario! ^^ A ver si vienes a China a verme y te llevo a la casita para que experimentemos por primera vez lo que es estar borracha :P
Entré a tu blog por lo de Primor y he acabado leiendo esto de China, hehe bastante interesante, yo soy china pero nunca he estado en QingDao
ResponderEliminar¡Hola! Gracias por tu comentario ^^ Me alegro de que te haya gustado esta entrada :)
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