12 feb 2016

Viaje a Tianjin (parte I)

¡Hola!

    Como tengo un retraso bueno de entradas, hoy tenemos que retroceder un poco en el tiempo. En concreto, al 17 de enero, cuando David y yo nos fuimos a Tianjin.

    Tianjin es una ciudad del norte de China, situada muy cerca de Pekín. Es la cuarta ciudad más importante, detrás de Pekín, Shanghái y Cantón. Tiene una población de unos 15 millones de habitantes y prácticamente es la salida al mar de la capital China. Quizás os puede sonar el nombre de la ciudad, ya que el año pasado se hizo tristemente famosa debido a una súper explosión que hubo en su puerto en el que murieron casi 200 personas.

    Como ya sabéis, David vino a principios de enero para quedarse en China dos meses - el máximo que le permite el visado de turista -. El motivo de su viaje era simplemente poder estar conmigo, porque llevábamos desde septiembre separados. Sin embargo, en diciembre, uno de mis estudiantes me escribió para decirme que en el restaurante donde trabajaba necesitaban un cocinero extranjero y que él había propuesto a David y su jefa tenía ganas de conocerlo. David justo había perdido su trabajo en España, así que mi alumno no pudo haberme escrito en un mejor momento.

    Así que nada más que empezaron mis vacaciones, subimos a Tianjin. El viaje fue en autobús y duró 11 horas. Es curioso pensar que si desde Málaga viajas 11 horas en bus hacia el norte, estás casi en la frontera con Francia. Y, en este país, haces ese mismo trayecto y parece que apenas te has movido.

Qué grande es China, madre mía
    Pese a las horas, el viaje no se nos hizo muy pesado. El único problema fue que era un autobús viejo, sin calefacción, y hacía un frío que no era normal. 

A los hechos me remito: ¡¡el vaho del interior del autobús se convertía en hielo!!

    Una vez en Tianjin, mi alumno, Fernando, vino a recogernos (ya he comentado anteriormente que los chinos adoptan nombres occidentales. Todos mis estudiantes tienen nombre español).

De cena con mi estudiante. ¿Se nota nuestra cara de reventados por el viaje?
    Nos llevo a cenar a un restaurante donde se servía un 'hot pot' buenísimo. Ya os expliqué que el 'hot pot' es una especie de olla caliente, generalmente con dos tipos de sopa, donde se van cocinando los ingredientes que tú mismo echas dentro y cuando estén listos, te los comes :D

Aquí podéis ver varios de esos ingredientes: champiñones, huevos, tofu...

    Mi estudiante se pidió una especie de fideos largos y fue gracioso porque antes de ponérselo en la mesa, un chico del restaurante hizo un baile con ellos.

    Para que veáis la diferencia tan grande en los precios entre una ciudad china y otra, David y yo decidimos invitar a Fernando como agradecimiento por haberle hablado a su jefa sobre David (porque, además, salió de él). Bueno, pues casi me da un microinfarto cuando vi la cuenta: ¡300 yuanes! No es que sea mucho dinero (al cambio son poco menos de 50€, que es lo que cuesta que coman tres personas en España), pero es que en mi ciudad, con ese dinero, ¡como todo un mes en el comedor! En mi ciudad, si un día quiero ir de riquini, lo más que puedo gastarme en comer en un restaurante son 60 yuanes (menos de 10€) y estoy comiendo cual burguesa. Cuando vuelva a España lo voy a pasar mal, porque todo va a parecerme súper caro.

    Por suerte, el dolor de los 300 yuanes me duró poco porque Fernando nos dijo que su jefa pagaría nuestras tres noches de hotel en Tianjin y también le había dado dinero a Fernando para cubrir todos nuestros gastos del día siguiente. Alucinante. La jefa le había dicho que hoy teníamos que descansar, pero que mañana Fernando tenía el día libre para que nos enseñara la ciudad y nos cubriera todos los gastos que pudiéramos tener.

    Yo ya sabía que en China es costumbre que cuando visitas a algún conocido, esa persona es el "anfitrión" y, por tanto, tiene que invitarte a comer y así. Pero esta señora nos iba a pagar todo. "¿Y si David no acepta el trabajo o a ella no le gusta David?", le pregunté. "No pasa nada, esto es costumbre china", fue su respuesta. "Y mi jefa es rica", añadió riéndose.

    A la mañana siguiente, Fernando nos recogió en el hotel y fuimos para el centro de Tianjin. 

    Nos llevó a 'La casa de porcelana', una casa bastante curiosa que, como su nombre indica, está decorada con este material. En concreto, con millones de piezas.


    Esta casa era una residencia colonial de estilo francés hasta que un coleccionista la compró y la decoró durante unos cinco años con su colección de porcelana.


    En su interior, hay varias habitaciones decoradas con muebles muy antiguos y más trozos de porcelana.


   
    En la planta baja hay una especie de jarrón muy grande con muchas monedas. Se supone que si subes hasta la tercera planta, lanzas una moneda y esta cae dentro del jarrón, tendrás mucha suerte.

David consiguió que su moneda entrara. La mía se fue a la otra punta V_V

    En teoría, la casa ya está terminada, aunque vimos dos obreros pegando más trocitos de porcelana en uno de los lados.

De seguridad laboral, mejor ni hablamos 

    En total, la casa está decorada con unos 5.000 jarrones antiguos, 4.000 platos y 400 millones de fragmentos de porcelana. Casi nada. Muchas de estas piezas tienen más de 1.000 años de antigüedad.


    Después de la casa, seguimos con nuestro paseo por Tianjin.


    ¡Y mirad lo que me encontré en uno de los callejones!

¡CHURROS!

    Sí, un negocio que vendía churros. Que a ver, estamos en China, cualquier cosa puede salir de ahí... Quizás de "churro" sólo tenía el nombre, pero lo tenía que probar.

La verdad es que mucha confianza no daban

    Pero cuál fue mi sorpresa que sí, sí sabían a churros ^^. Además, el chocolate que le pusieron, ¡también sabía a chocolate! No es ese chocolate aguado que tanto he visto en Rizhao y que también tenían en el buffet del desayuno del hotel de Tianjin.

Creo que mi cara de felicidad lo dice todo

    Seguimos andando por ese callejón lleno de puestecillos de comida, la mayoría china



y Fernando nos llevó a comer al que dijo que era uno de los mejores restaurantes de Tianjin para comer "baozi", unos bollitos rellenos que a mí me vuelven loca y según me dijo él son típicos de Tianjin.

El restaurante

    No sé si eran los mejores de Tianjin, pero caros fueron un rato. Yo, que soy de mirar por el dinero, veía los precios y me daba algo. Este almuerzo estaba pagado por la jefa y era ella quien quería que comiéramos allí, pero a mí el clavo de los "baozi" me dolía igualmente por ella.


    Estos "baozi" estaban rellenos de cangrejo, gambas, verduras o cerdo (mis favoritos). Un papelito en chino dentro de cada cajita te decía cuál era el relleno, así que Fernando tuvo que ir haciéndome de traductor. 


    Saliendo de este restaurante, un padre chino le pidió a David que por favor se hiciera una foto con su hijo. 

Se ve que al niño mucha ilusión no le hacía esta foto... xd

    Ser extranjero en China, a veces, es lo más parecido a ser un personaje famoso.

    Seguimos con nuestro paseo no sin antes equiparnos para el frío que hacía. ¡Estábamos a -10º! Nuestra ropa de "invierno de Málaga" era claramente insuficiente; ya te puedes poner tres jerseys que esos jerseys ni abrigan ni na'. No están hechos para el frío de verdad. David tuvo que comprarse unos leggins térmicos y nos compramos también esa cosa que tapa la nariz y la boca y que no sé cómo se llama, y orejeras. ¡Orejeras! El que hasta entonces yo pensaba que era la cosa más estúpida del mundo. Nunca entendía la gente que quería tener las orejas calentitas "por la cara" hasta que en Tianjin casi me las tienen que amputar del dolor y del frío que sentía. En serio. La suerte que tenemos en Málaga con el clima es una pasada. 
El agarrarme a David no es por la pose romántica, es porque tenía un frío que no me mantenía

    Después, visitamos una iglesia de Tianjin que Fernando tenía mucho interés en que viéramos. Creo que como los españoles tenemos fama de católicos, él pensaba que disfrutaríamos muchísimo entrando en una iglesia.


    Lo curioso es que al final él era el más católico de los tres, que hasta me pidió que le hiciera una foto mirando al altar.


    Yo le pregunté si es que él creía en Dios y su respuesta fue "mi padre siempre me ha dicho que su jefe es dios, porque es quien le paga. Si Dios quiere que creamos en él, pues que nos pague dinero". En estos tres renglones, tenéis la forma de pensar de la mayoría de los chinos.

    Lo que me gustó de esta iglesia fue que me sentí como si estuviera de repente en España o en Italia.

¿No se os hace un poco difícil pensar que este lugar está en China?

    Y hablando de Italia, después le pedí a Fernando que me llevara al barrio italiano de la ciudad, que tenía mucha curiosidad por verlo.


    La verdad es que el quartiere me pareció un bodrio :(. Paseas por ahí y no sabes muy bien dónde te encuentras. ¿Es Europa?, ¿es China? Ni lo uno ni lo otro. Las casas son muy artificiales, como que no pertenecen a ningún lugar.

Esa torre me recuerda a la del Duomo de Florencia pero termina como el Big Ben. ¿Por qué esa abominación? :'(

    Lo que sí que es verdad es que se ve que hay ambiente en esta zona y que, seguramente, en verano tiene que estar muy animado, con esas terracitas que le dan mucha vida al lugar.


    También hay una fuente con una estatua de Dante. ¿Pero a que en la foto os sobran los edificios de atrás? 


    También puede ser que para el tema Italia soy muy purista y yo me esperaba que me hubieran trasladado a Tianjin la piazza del Campo de Siena (por ejemplo) piedra a piedra cual templo de Debod en Madrid.

Cerca del barrio italiano está este impresionante reloj de bronce

    Terminamos ese día con un paseo por el río de Tianjin (que estaba completamente helado) y nos fuimos para cenar al restaurante donde trabajaba Fernando, que la jefa quería invitarnos.


    Tuvimos un súper menú degustación, ya que la jefa se empeñó en que probáramos todos los platos para así saber nuestra opinión de "occidentales".

    La comida de este restaurante es occidental, con mucha influencia de la cocina británica, por eso quería saber de primera mano si los platos sabían como deberían saber.

parte de la comida

    Probamos una ensalada César, una sopa de champiñones que estaba buenísima, lasaña, cordero, pulpo, rabo de vaca, salmón y una pizza. Salimos de allí que íbamos a reventar. Le dijimos varias veces que estábamos llenos, pero como le importaba tanto nuestra opinión, seguían saliendo platos de la cocina. Me sentí súper Masterchef apuntando cualquier comentario en la hoja que nos dio Fernando.

así salimos los dos de felices en la foto. Vaya comilona xd

    A la mañana siguiente, David tenía que hacer la prueba para el restaurante. Pero como llevo una entrada tan larguíiiisima, os cuento todo mejor en la siguiente publicación.

    ¡Muchas gracias por leerme hasta aquí! Vaya campeones ^^








2 comentarios:

  1. Todo el día comiendo en este viaje, jajajaja. Muy interesante, Pili, y ahora nos dejas con la miel en los labios sin contarnos la prueba de David... ¡Muy mal!

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    1. sí, nos pusimos como el kiko jajaj como defensa diré que a través de la comida también se conoce parte de la cultura china :D ya lo comprobarás cuando vengas a visitarme ^^

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