¡Hola!
Como ya os comenté, a principios de este mes venía mi novio y, como llegaba a Shaghái, aprovechamos y estuvimos varios días allí.
Volví a coger el famoso autobús Rizhao - Shanghái de ocho horas pero la verdad que este viaje fue mucho mejor que los otros dos anteriores.
David voló con Air France e hizo Málaga - Shanghái con escala en París. En total, el viaje duró unas 17 horas y le salió la ida y vuelta por 500€. Bueno, le habría salido por ese precio si no hubiera tenido un problema en la embajada que le hizo cambiar su billete (ya os lo contaré en otro momento).
¡Reencuentro después de cuatro meses! Se notan las horas de viaje en el cuerpo, ¿eh? jaja |
La verdad es que nos hizo muy buen tiempo en Shanghái (en Rizhao hace un frío que no es normal), aunque nos pilló contaminación y el cielo se veía a veces muy feillo.
Como ya en esta entrada os hablé de Shanghái, voy a intentar contaros cosillas diferentes esta vez.
El primer día estuvimos en la parte más moderna de Shanghái y visitamos las mismas zonas en las que ya estuve en mi viaje en septiembre. Como estábamos cansados, quería ir "a tiro fijo" y dejar los descubrimientos para otro día.
Fuimos a la zona de Yu Garden y nada más bajar del metro nos pasó algo anecdótico.
Vuelvo un poco atrás para contaros que cuando empecé a decirle a la gente que me iba a China, un amigo me comentó que tuviera cuidado con el "timo de la ceremonia del té". Me comentó que algunas veces, a los turistas, nos vendían la moto de que iba a celebrarse una ceremonia del té súper especial, que pasaba una vez cada cinco años o así, que la organiza un grupo étnico que blablá y lógicamente es sólo una forma de engañarnos para que piquemos, vayamos, y luego paguemos muchísimo dinero.
La historia es que David y yo salimos del metro y se nos acercó una parejita joven china y nos pidió que les echáramos una foto. A mí me extrañó un poco porque no había nada especialmente bonito en esa zona como para ser fotografiada y porque David les preguntó si querían que saliera este o aquel edificio y a ellos parecía darles igual.
Esta pareja empezó a hablar con nosotros en inglés. Eran súper simpáticos, pero como yo estoy enamorada de los chinos (lo reconozco), pensé que eran unos chinitos amables más y no vi maldad por ningún lado. Ya empecé a mosquearme un poco cuando llevábamos cinco minutos hablando y hacía tres que yo ya había dicho "Well, we have to go" y la pareja seguía charlando y no nos dejaban irnos. Ambos se supone que eran de Pekín, ella estudiaba negocios y él, turismo. Estaban de vacaciones en Shanghái y mi alarma se encendió cuando me dijeron que iban a una ceremonía del té que organizaba no sé qué etnia que vivía en no se qué montaña y justo sólo hoy se celebraba el evento. Supongo que al ver mi cara se dieron cuenta de que los había pillado porque les dije "no, no, nos vamos" y ni siquiera insistieron.
Me sentí un poco mal porque habían intentado engañarnos. Además, me sentí súper tonta porque al principio le dije a David "¿ves que majos son los chinos? ^^" y resulta que eran una pareja de timadores.
Pero bueno, seguimos con nuestro viajecito y ya está. Qué vamos a hacer si hay gente así V_V
Yo había ido a Yu Yuan para entrar al jardín, ya que la otra vez no fuimos al final. Pero entre la ceremonía del té y que encontramos un templo que no vi la última vez, se me olvidó el jardín :$.
Al día siguiente estuvimos en Qibao, que es como la zona antigua de Shanghái.
Cuando fui a Shanghái en septiembre, como lo planeamos de un día para otro, no tuve tiempo de mirar qué ver en la ciudad. Me dije a mí misma que para la próxima vez miraría cosas antes de ir pero me pilló el toro totalmente y de nuevo fui a Shanghái sin saber qué merece la pena ver.
La primera noche en el hotel, estaba súper cansada y miré por encima cosas de Shanghái y vi una foto de Qibao que me gustó, así que por eso decidímos ir allí.
En esta zona, como podéis ver en las fotos, hay casas tradicionales y muchísimos negocios donde poder comprar comida.
Las calles son bastante estrechas y están llenas de personas. Si sois de agobiaros en situaciones así, quizás lo paséis un poco mal para ir de un lado a otro.
A mí esta zona me gustó muchísimo porque es súper diferente a la Shanghái moderna a la que estaba acostumbrada.
Parece que, de pronto, nos hemos metido en un pueblito chino donde el tiempo pasa más lentamente.
Además, la zona da para hacerse fotos muy bonitas si vas con tu pareja ^^
A la noche, fuimos a la zona del Bund porque la última vez no pude hacer una foto de Pudong de noche y tenía esa espinita.
qué bonito es :) |
Por cierto, sé que quizás va a sonar muy triste, pero en este viaje me hinché de comida occidental. Después de cuatro meses metida en Rizhao, estos cuatro días en Shanghái los pasé comiendo en el Burguer King, el Pizza Hut, Mc Donald's, Kentucky Fried Chicken (de estos ahí en Rizhao, pero ya qué estábamos con el tour de comida basura...), Subway, etc. En mi gran apretaera de comida occidental, hasta nos metimos una tarde a merendar en el Häagen Dazs cuando es un helado que no me gusta especialmente - y que veo súper caro -, pero todo sea por comer algo no-chino. (Y que conste que la comida china me encanta, pero era el ansía de comer otra cosa).
Y para terminar, que llevo ya un rato hablando, os cuento mi subida a la Torre de la Perla Oriental.
Vistas desde la torre |
Era otra cosa que tenía pendiente de hacer desde septiembre, donde no subí porque cuesta su dinero y sabía que volvería con David y más adelante con mis padres y mi hermano - en marzo - así que tenía más oportunidades de hacerlo.
Una peculiaridad de la torre es que su suelo es de cristal en una de las plantas.
los chinos no conocen el miedo |
Yo sabía que me iba a dar un poco de miedo, porque en Málaga hay una tienda en un centro comercial que tiene una parte de su suelo de cristal y una vez pasé por ahí y casi me quedo en el sitio. Y eso que sólo hay como 30 centímetros entre el cristal y el suelo.
momento en el que estoy sufriendo un infarto |
Hay un video rondando por ahí, que sólo verá la gente más cercana, donde se ve a una española chillando entre chinos.
No os imaginais el esfuerzo que me costó hacerme esta foto |
Este mirador de cristal está a unos 259 metros de altura y la verdad es que impresiona bastante la primera vez que lo ves. Lo más normal es que el miedo del principio pase a risilla y al final seas capaz de andar por el cristal. Aunque eso no pasó conmigo V_V.
Estoy bien agarrada porque mi brazo de titanio me salvará en caso de que el suelo se caiga ¬¬ |
Las vistas de la ciudad son muy bonitas, con todas las luces encendidas, pero para hacer buenas fotos es mejor venir por la mañana, porque la propia luz de la torre molesta bastante y es lo que hace que todas las fotos salgan rosadas.
No, no superé mi miedo. No os dejéis engañar. Estoy sentada sobre la viga de hierro porque según mi cabeza es mucho más seguro. |
¡Y esto es todo por hoy! A la vuelta, cogimos un avión Shanghái - Rizhao porque acaban de abrir un aeropuerto en mi ciudad ^^. Por ahora, sólo nos une con Shanghái y con Dalián (una ciudad que está al norte), ¡¡pero puedo hacer Rizhao - Shanghái en sólo una hora!! :D ¡Adiós autobús pesadilla de ocho horas! ^^
La única foto que tomé del aeropuerto. ¡Siento que sea tan cutre! |
Seguro que este viaje lo has disfrutado más, sobre todo por la compañía. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bonitas fotos del "pueblito" de Shangái :) ¿Qué tal va lo de los restaurantes y el trabajo de David? ¿Habéis cerrado ya algo?
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